El fiscal que investiga el crimen de Nora Dalmasso, cometido en 2006, en Río Cuarto, comenzó hoy a tomarles declaración a los golfistas que participaron del mismo torneo que Marcelo Macarrón, el fin de semana del homicidio, para establecer si el viudo se ausentó en algún momento del certamen.
Una fuente judicial informó a la prensa que el fiscal Javier Di Santo inició esta mañana las testimoniales de quienes jugaron a fines de noviembre de ese año un campeonato de golf, en el Cantegril Country Club de Punta del Este, que el viudo ganó.
Di Santo adoptó esta medida luego de analizar el informe del FBI norteamericano recibido a fines de marzo y en el que se desvinculó de la causa al pintor Gastón Zárate y no se halló el ADN completo del hijo de la víctima, Facundo Macarrón, quien es el único que permanece imputado del crimen.
En cambio, ese informe confirmó la existencia en la escena del crimen de muestras de ADN compatibles con el patrón genético del viudo en la vulva de la víctima, las sábanas de la cama donde apareció el cadáver y en el cinturón de la bata que utilizaron para estrangular a la mujer.
En ese sentido, el fiscal aguarda un informe oficial que le permita establecer cuánto tiempo puede permanecer el rastro genético en la vagina de la víctima ya que el viudo siempre dijo que mantuvo relaciones sexuales con su mujer antes de viajar a Uruguay.
Mientras tanto, la decisión de tomarles declaración a los golfistas parece estar orientada a determinar si el viudo pudo haberse ausentado del certamen para viajar a Río Cuarto y finalmente regresar a Punta del Este.
Por otro lado, el informe del FBI derivó en el sobreseimiento del pintor Zárate, dictado el 1 de abril último por el juez de Control de Río Cuarto Daniel Muñoz, a instancia del fiscal Di Santo, quien se quedó sin elementos para mantener la acusación del joven.
El cadáver de Dalmasso (51) fue encontrado el 26 de noviembre de 2006, en el dormitorio de su hija, que no estaba en la casa del barrio Villa Golf, de Río Cuarto, ni tampoco su hijo Facundo y su marido Marcelo.
En febrero de 2007, el fiscal Di Santo ordenó la detención de Zárate, que había trabajado como pintor en la casa de la víctima, pero al día siguiente, tras una marcha a favor del sospechoso al que se denominó como «perejil», el joven fue liberado.
En junio de ese mismo año, luego de que se encontrara el haplotipo y de los Macarrón en una serie de muestras, el fiscal acusó a Facundo del homicidio de su madre pero no ordenó su detención porque lo imputó en grado de «sospechas leves».
En aquel entonces, al igual que al momento del crimen, Facundo vivía en la ciudad de Córdoba donde estudiaba en la facultad de Derecho, carrera en la que finalmente se graduó.
A lo largo de la investigación, se manejaron varias hipótesis: una apuntó a un crimen durante un juego erótico, otra a un estrangulamiento durante la consumación de una relación sexual y a un homicidio cometido tras un abuso sexual.
Las repercusiones del crimen derivaron en las renuncias del fiscal general de Córdoba, Gustavo Vidal Lascano; del secretario de Seguridad provincial, Alberto Bertea, y de uno de sus asesores, Rafael Magnasco.
Asimismo, el caso también derivó en la apertura de otras dos causas paralelas, en las que se investigaron denuncias por supuestos pago de dádivas a policías y presuntos «aprietes» de uniformados al testigo Carlos Curiotti.
Este testigo conocía a Zárate y fue el que supuestamente declaró que el pintor le había confesado haber matado a Dalmasso aunque un peritaje demostró luego que ese muchacho padecía problemas psiquiátricos.