Un tribunal platense dará a conocer hoy el veredicto del segundo juicio por el secuestro y asesinato del adolescente Diego Peralta, cometido en 2002 en la localidad bonaerense de El Jagüel, previo a escuchar los alegatos de las partes, informaron fuentes judiciales.
A partir de las 10, el fiscal federal Horacio Galdós; el abogado de la familia Peralta, José Luis Ferrari, y la defensa del único imputado, Carlos Ramón «El Pipi» Garzón, expondrán ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Luego, los jueces Joaquín Carlos Ruggero, Mario Gabriel Reynaldi y Héctor Carlos Acuña pasarán a deliberar durante dos horas y en la misma jornada darán a conocer el veredicto.
«Vamos a pedir 37 años y medio de prisión por el secuestro y homicidio de Diego y por el robo del auto con el que se interceptó el remís en el que viajaba», adelantó Ferrari, quien se mostró confiado en que la fiscalía reclamará una pena similar.
El abogado de la particular damnificada también pedirá que se abra una causa para investigar la actuación del ex jefe de la Brigada Antisecuestros de la Policía Bonaerense Angel Casafús y del juez federal de Lomas de Zamora Carlos Ferreiro Pella.
«Nos tomaron el pelo, se burlaron de nosotros. Me duele muchísimo escuchar esto, especialmente por cómo sufrió mi hijo y por cómo lo mataron», dijo Emilse Peralta, madre de Diego.
En su indagatoria, «El Pipi» Garzón aseguró que es un «gravísimo error» que lo culpen del crimen porque no conocía a la víctima ni a su familia, y al momento del hecho estaba en Paraguay, donde vendía ropa y electrodomésticos.
Sin embargo, para la fiscalía y la querella hay pruebas que lo incriminan en el hecho, las cuales expondrán en los alegatos.
Diego Peralta (17) fue secuestrado la mañana del 5 de julio de 2002, en la localidad bonaerense de El Jagüel, cuando se dirigía en un remís al colegio privado al que asistía.
Los captores lo llevaron a una casa del barrio Los Plátanos, en Berazategui, lo doparon con tranquilizantes y pidieron a su padre u$s 200 mil de rescate, ya que, de acuerdo con un dato erróneo que tenían, creían que el hombre guardaba esa cifra en su casa.
Según confesó uno de los detenidos, Marcelo «Chelo» Cejas, al tercer día de cautiverio, la banda decidió asesinar a Peralta a puñaladas en el cuello y la espalda porque creían que su padre no quería pagar el rescate y suponían que Diego les había visto la cara y podría reconocerlos.
Los delincuentes lo arrojaron a las aguas de una tosquera de Ezpeleta, atado a un riel, y su cadáver fue encontrado el 12 de agosto de 2002.
Pese a que ya lo habían asesinado, la banda cobró el 20 de julio de ese año un rescate de $ 9 mil y u$s 2 mil que Luis Peralta arrojó cerca de la cancha de Claypole.
En 2008, por este caso, fueron condenados a prisión perpetua «Chelo» Cejas, el «arrepentido»; Julio César Rotella; David «Chaca» Pereyra; Rosa Pistillo, alias «La Gorda Rosita», y Enrique «Baty» Báez; a diez años de prisión Lauro «El Chino» Shimabukuru y a cinco años José Pablo García.
Garzón no había sido juzgado antes debido a que se encontraba detenido en Paraguay y al momento del debate aún no había sido autorizada su extradición.