Por Lucía Cholakian, Giuliana Sordo, María Brun Lubatti, Ailín Bullentini y Laura Salomé Canteros (*)
La Sala 7 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional resolvió el 13 de noviembre el procesamiento del periodista Lucas Carrasco por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Asimismo, embargó sus bienes por cincuenta mil pesos y le impuso una orden perimetral respecto a una de sus denunciantes.
En la investigación de Carrasco, iniciada con las denuncias a principio del año 2017, se había dictado falta de mérito tras las declaraciones y peritajes de sus denunciantes sumadas a la indagatoria del acusado. Tras la apelación del fiscal y la presentación de nuevas pruebas, el juez decidió procesarlo por una de las acusaciones y continuar investigando por los otros dos casos.
La decisión de la Justicia implica un momento fundamental para el avance de la lucha feminista en torno a las denuncias de abuso a figuras públicas, como el caso de Cristian Aldana que este diciembre cumplirá un año en el Penal de San Marcos por abuso sexual y pedofilia, o tantos otros que se están enfrentando a procesos judiciales por los testimonios de múltiples mujeres.
Estos avances demuestran, a su vez, que el protagonismo social de varones que forman parte de la esfera pública ya no es condición de impunidad ni de silencio, sino que la organización de las mujeres continúa avanzando y repercutiendo con sus transformaciones sociales también en el plano judicial.
“Un avance más de la causa hacia un juicio oral y público”
Natalia Dalesandro es abogada de una de las denunciantes de las violencias machistas de Lucas Carrasco. Informó que, tras una audiencia de apelación de la falta de méritos en la que se expusieron los argumentos por lo que se consideraba que había pruebas suficientes para procesar al periodista, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional les dio la razón y lo procesó.
“La investigación continúa, pero lo que marca el procesamiento es que la instrucción tiene evidencia suficiente en la causa para procesarlo, lo que es un escalón más que el estar imputado, un avance más de la causa hacia un juicio oral y público”, afirmó. “Es importante para la investigación, demuestra la consistencia en la denuncia y que las mujeres que valientemente expusieron sus testimonios y se sometieron a pruebas periciales, demostraron ante la Justicia la veracidad de sus dichos”, agregó Dalesandro.
“Como querella creemos que este es un paso importante y las denunciantes merecían una resolución de este estilo”, dijo la abogada, y sentenció: “La causa sigue su investigación y seguimos acompañando el reclamo por Justicia. Esperamos que el paso siguiente sea la elevación a juicio”.
Estar para las otras
“Más allá del proceso judicial, en lo que respecta a la lucha colectiva, el conocer otras mujeres que han pasado por lo mismo que una, es transformador”. Para S., una de las denunciantes de las violencias de Lucas Carrasco, “el proceso judicial es difícil, complicado, desgastante”, pero necesario para romper con la impunidad. “Todas en algún momento quisimos desistir porque no sabíamos si íbamos a llegar a algún lado”, afirmó tras saber del procesamiento sin prisión preventiva de su agresor, y agregó: “Es doloroso. Hay altibajos”.
“Lo que rescato es el apoyo de otras compañeras que pasaron por lo mismo. Estamos en contacto permanente, aconsejamos a las que pasaron por lo mismo que nosotras, porque hay otras que nos aconsejaron porque también ya lo habían pasado”, reflexionó S. y recordó: “El día de la apelación vinieron un montón de pibas que pudieron asistir a la audiencia. Hablábamos de las novedades de otras compañeras. Jugaron un papel re importante”.
El proceso de denuncia para la sensibilización social sobre las violencias machistas tiene un comienzo y es el de las sobrevivientes rompiendo, de forma organizada y en lucha colectiva, la estructura de silencio y de poder de los violentos. “No sé si hay otra forma posible. Cada vez que una se cae estamos para levantarnos, porque esto es así, avanzamos, retrocedemos, nos caemos, nos desanimamos, volvemos a confiar”, dijo. “No me arrepiento un instante de todo lo andado. No soy la misma que antes. Tampoco quiero serlo. Escuché historias, crecí, me dejé conmover por esas historias”, sentenció S. con la misma potencia que plasmó su testimonio en la Justicia y que permite de forma ejemplar quebrar un poco más las lógicas patriarcales allí insertas.
*Nota colectiva redactada por periodistas integrantes de Matria, La Primera Piedra, Agencia Paco Urondo, Revista NAN y Marcha respectivamente.