La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sostuvo este miércoles que el caso Maldonado fue «un punto de inflexión» para un «cambio de paradigma» en su cartera respecto a la actuación de las fuerzas de seguridad y volvió a defender el rol de la Gendarmería, al señalar que si los efectivos hubieran detectado que el joven se estaba ahogando «lo hubieran ayudado».
«Yo hablé con los gendarmes y ellos me contestaban de una manera tan distinta a como hablaban muchos sobre la desaparición forzada… Me decían que si hubieran tenido una persona detenida lo hubieran hecho constar en actas; que si hubiera habido una persona golpeada, la hubieran curado; que si hubiera habido una persona que se estaba por ahogar, la hubieran tratado de ayudar. Es decir, eran unos gendarmes con una cabeza totalmente distinta a la cabeza que le querían pintar aquellos que querían presentarlos como asesinos», sostuvo la ministra.
Al participar de un almuerzo del Rotary Club en el Sheraton Hotel de Libertador, Bullrich aseguró además que el caso Maldonado fue «difícil», pero aclaró que lo más duro de su gestión fue en realidad la muerte de 43 gendarmes en un accidente en Salta a dos días de asumir en el cargo.
Señaló, al respecto, que ante la desaparición del joven artesano platense y el reclamo de sus familiares por la actuación de los efectivos de la Gendarmería en la comunidad Pu Lof de Cushamen, en Chubut, se reunió con el presidente Mauricio Macri, quien le dijo que se convenciera de «cuál era la verdad» del caso, ya que «la verdad era lo único que importaba».
«Y yo me convencí. Esa convicción que fue larga y difícil porque todo el tiempo aparecían señales como que no era así. Pero nos llevó a mantenernos en una posición y a saber que ahí estaba la verdad», sostuvo Bullrich en el marco del ciclo de conferencias «Cómo veo a la Argentina».
Y agregó: «Algunos me decían que me estaba jugando la carrera política, pero acá lo importante es que se estaba poniendo en juego una institución que lucha contra el narcotráfico y que se juega la vida. Si entregamos una institución por una mentira para salvar la carrera de un político vamos por mal camino».
Incluso, al responder preguntas de la periodista Clara Mariño, Bullrich no sólo encontró al inicio de su gestión que «el desorden y la anomia estaban por encima de un estado de convivencia de los argentinos», con «situaciones en el sur y la toma de tierras y el RAM que hacía de la violencia un hecho cotidiano», sino que además había una «necesidad de generar una protección de todos aquellos agentes que trabajan haciendo las cosas correctamente».
«En esto también encontramos el «Reino del Revés»: cada vez que un agente cumplía con su deber y tenía algún enfrentamiento terminaba siendo el victimario y no la víctima. Terminaban siendo ellos procesados y condenados. Esto generaba una enorme debilidad en la confianza que las fuerzas tenían que tener para llevar adelante su tarea. Esto lo estamos revirtieron», sostuvo la ministra ante unos doscientos empresarios, abogados y diplomáticos.
Remarcó incluso que en este sentido hubo «varios casos paradigmáticos», pero no se refirió al del policía Luis Oscar Chocobar sino que señaló que «el más paradigmático de todos fue el caso Maldonado», donde el gobierno mantuvo «una decisión y una línea cuando eso no era lo políticamente correcto».
«Lo políticamente correcto hubiera sido separar a los gendarmes que estuvieran en ese momento y no salir a decir que esos gendarmes no eran desaparecedores de personas sino hombres y mujeres de la democracia como cualquiera de nosotros y que estaban viviendo una Argentina distinta. Eso fue un punto de inflexión muy importante en la estrategia de nuestro Ministerio. Dura, pero importante», apuntó.
Y, al referirse además a la crisis que atraviesa su gobierno en materia económica y el enfrentamiento con la oposición por el pedido de auxilio al FMI, Bullrich lo comparó con el caso del joven desaparecido el 1º de agosto y dijo que los funcionarios deben «jugarse por lo que hacen y estar convencidos por más que machaquen».
«Tenemos que jugarnos por lo que hacemos, estar convencidos de lo que hacemos por más de que nos machaquen. A mí con lo de Maldonado me machacaron 78 días y lo bancamos. ¡Hay que bancarla! ¡Eso es lo que tenemos que hacer como gobierno, bancarla!», completó Bullrich.