La investigación sobre el crimen de Marianela Brondino lleva una década de trámite en dos procesos. Uno en la justicia de mayores dónde un hombre fue condenado a 20 años de prisión acusado de intentar robarle un bolso que la víctima llevaba colgado en el hombro cuando iba en bicicleta. La tiraron al pavimento y sufrió un fuerte golpe que terminó matándola algunos días después. El otro proceso se siguió en el fuero de menores contra un adolescente, de 17 años en ese entonces, quien conducía la moto. Este último fue declarado responsable y la Cámara Penal de Rafaela confirmó la decisión.
La noche del 28 de abril de 2010 Marianela Brondino circulaba en bicicleta por calle Gorostiaga al 1900 de la ciudad de Santa Fe cuando apareció una moto Honda CG con dos ocupantes, quienes intentaron arrebatarle el bolso que llevaba colgado del hombro, la tiraron al piso y la víctima, de 25 años, se golpeo la cabeza contra la cinta asfáltica. Murió el 3 de mayo de ese año como consecuencia de la lesión que sufrió.
Por el hecho hubo dos personas involucradas Walter Borda, que según la acusación iba como acompañante en la motocicleta conducida por Eduardo Bebe G., entonces de 17 años, sindicado como el conductor de la moto. En el hecho hubo dos testigos oculares. Uno de ellos fue un joven que circulaba en bicicleta en contramano y tras el hecho, al cruzar la moto le tiró un patada. El ladrón que iba de acompañante le tiró un golpe de puño por lo que pudo ver su rostro y hacer un identikit. El joven dijo que podía reconocer al acompañante pero no al conductor. El otro testigo fue un vecino que sacaba la basura, escuchó un ruido y vio muy poco, pensó que la víctima había sido atropellada por una moto. Vio a los agresores de espalda cuando se iban y solo pudo dar una descripción de la altura y contextura física del acompañante. El 21 de mayo de 2010 Borda y Bebe fueron detenidos cuando estaban juntos a unas cuadras del lugar del hecho.
Borda fue enjuiciado y en diciembre de 2019 fue condenado a 20 años de prisión por el delito de homicidio en ocasión de robo. En una de sus declaraciones se despegó del hecho pero involucró a Bebe en forma contundente. Su condena fue confirmada recientemente por la Cámara Penal.
Bebe
Si bien no hubo testigos presenciales que vieran al conductor hubo otros testimonios además de la declaración de Borda. El primo de Bebe lo escuchó hablar de “esa persona que habíamos ido a robar”, lo escuchó pared de por medio de la casa que compartían cuando en la televisión se hablaba del caso Brondino. También el padre de Borda lo involucró. El hombre contó que una noche cercana al crimen vio a Bebe hablar con otro joven y ante un reclamo de dinero le dijo «yo tengo que esperar a ver que pasa con la muerte de la chica Brondino, mira si me agarran y tengo que pagar un abogado».
El hombre le dio esta versión a varias personas que no tienen vínculo entre sí. La madre de la víctima se enteró de esta versión. A lo que sumo que antes de andar en una moto propia, Bebe andaba en motos prestadas por sus amigos.
La situación procesal de Bebe quedó en manos del juez de menores Jorge Pegassano que lo declaró responsable del hecho 10 años después del crimen. La decisión fue apelada por la defensa y la revisión quedó en manos de la Cámara Penal de Rafaela a cargo de los vocales Sergio Enrique Alvira, Matías Drivet y Juan Manuel Oliva.
Lucha eterna
La madre de la víctima contó durante la audiencia la lucha que llevó durante estos años por el esclarecimiento del crimen de su hija. A partir de ellos integró un colectivo de familiares de víctimas de inseguridad que busca reivindicar y visibilizar el papel que les toca dentro del sistema penal santafesino, se trata de la Asociación Civil Familiares Víctimas de la Inseguridad y Búsqueda de la Justicia.
Contó que fruto de esa lucha fue el dictada la ley 13.494 que permite que el Estado ofrezca recompensas por información y proteja testigos de identidad reservada. Relató los sinsabores y humillaciones padecidas en el camino, e ilustró sobre quién y cómo fue su hija, así como sobre el impacto de dolor que su muerte produjo en su familia. Explicó el esfuerzo que le llevó los proceso de los acusados en el crimen de su hija al punto que tuvo que encontrar ella misma los testigos. Concluyó que el Estado falló desde un principio; al no saber cuidar a su hija de aquella «moto negra que asolaba el lugar», y que luego hicieron lo propio, la policía y la Justicia, tanto por omisiones en la investigación, como por acciones como la de revelar la identidad de un testigo al que debía cuidarse mejor. Su búsqueda sigue siendo de justicia y no de venganza, aseguró.
Los camaristas revisaron la prueba del caso y concluyeron que si bien el proceso muestra algún déficit probatorio, ello no redunda en duda razonable sobre la autoría de José Eduardo G. y confirmaron la decisión del juez de Menores que declara su responsabilidad en el homicidio en ocasión de robo de Marianela Brondino.
Juicio en Santa Fe: 20 años de prisión por matar a una chica en ocasión de robo