El fiscal Patricio Saldutti que investiga la muerte de Carlos Orellano, el joven que fue a bailar y apareció muerto a los dos días en el río Paraná frente al local, ordenó este jueves al personal de la Policía Federal la búsqueda de rastros de sangre en Ming River House a través de pruebas de Luminol, informaron fuentes judiciales.
Además, el fiscal ordenó un relevamiento “para croquis planimétrico exhaustivo del interior del local”, así como del frente, la parte trasera y las adyacencias, explicó el parte de la Fiscalía. Las medidas se llevaban a cabo desde este jueves en Ming, ubicado en la Estación Fluvial, el lugar donde fue visto con vida por última vez Carlos “Bocacha” Orellano, de 23, la madrugada del lunes 24 de febrero pasado.
Las medidas de prueba eran realizadas por personal de la Policía Federal, atento a que el fiscal desafectó de la investigación a la Policía de Santa Fe, ante posibles indicios de complicidad.
Saldutti también aguardaba los resultados de análisis y estudios que se realizaron el lunes último al cuerpo del joven que fue sometido a autopsia bajo el protocolo de Minnesota, en un proceso en que la querella que representa a la familia tuvo que dirimir su participación en una audiencia, para establecer las causales de la muerte.
Tras la autopsia, familiares y la perito Virginia Creimer, la forense y asesora nacional e internacional en delitos contra los Derechos Humanos, aseguraron que el cuerpo presentaba golpes y hematomas mientras que la directora del Instituto Médico Legal de Rosario, Alicia Cadierno, dijo que “no hay ningún elemento” para afirmar que haya muerto por una paliza aunque reconoció que se extrajeron más de 30 muestras para estudios complementarios que aportarán las causales de la muerte de Bocacha.
Para la familia, Carlos intentó ingresar al vip del boliche sin autorización y fue golpeado por los patovicas del local. Su padre, Edgardo Orellano se reunió la semana pasada con el presidente Alberto Fernández, quien visitó Rosario por el 208 aniversario del primer izamiento de la bandera. El presidente dijo entonces que hará “todo lo que haga falta para que, de una vez por todas, dejemos de reclamar justicia para uno y para el otro y que veamos castigados a los culpables de tantos delitos”.
El fiscal del caso secuestró los teléfonos celulares de los 12 patovicas del boliche Ming y de dos policías –una uniformada y su pareja– que realizaban servicios adicionales en el lugar.
Hasta ahora no se conoce la razón de la muerte del joven cuyo cuerpo apareció el miércoles 27 flotando en el río Paraná, a pocos metros del boliche al que había ido a divertirse.
