Ocho personas, entre ellas cinco efectivos policiales de distintos rangos, fueron nuevamente detenidos en la causa Paula Perassi. La mujer desapareció el 18 de septiembre de 2011 y hasta el momento no se encontraron sus restos. Durante la investigación se conoció que mantenía una relación amorosa con Gabriel Strumia, quien está procesado junto con su mujer, la presunta abortera y cinco unifornados. Ayer, los imputados volvieron tras las rejas cuando el camarista Carlos Carbone confirmó la prisión preventiva dictada en su contra. El vocal ahondó sobre la actitud de los imputados durante el derrotero judicial, el papel que jugaron y el peligro que implica para la recolección de pruebas que permanezcan en libertad. Habló de una “devastada causa salida de madre sin que hasta la fecha se haya podido siquiera realizar la acusación” y explicó que llegó a la confirmación de la prisión preventiva luego de evaluar el conglomerado de indicios que en forma global apuntan a un plan para lograr la impunidad.
Según la teoría fiscal y de la querella, Paula desapareció la noche del 18 de septiembre, luego de salir de su casa de San Lorenzo tras recibir un llamado telefónico. Según la acusación, Paula estaba embarazada de Strumia y se negó a realizarse un aborto, por lo que fue forzada a hacerlo y en ese contexto murió.
Carbone sostuvo que en este caso hay dos circunstancias que no fueron cuestionadas: que Gabriel Strumia tenía una relación extramatrimonial con Paula Perassi y que estaba embarazada. A partir de allí, el juez de instrucción sanlorencino Juan José Tutau hilvanó la imputación, focalizando especialmente en el accionar de Strumia, que desorientó al padre de Perassi al momento de la desaparición con un supuesto mensaje de la víctima diciendo que se iba a San Juan. Carbone refirió que este accionar demuestra la “perversidad” de Strumia para exculparse y crear una falsa expectativa en el padre de Perassi, ya que no hubo dato cierto de la víctima desde su desaparición, salvo los introducidos por Strumia y su hijo. Este mensaje provino de un número de celular que ingresó el imputado a la causa y cuyo contenido no correspondía a la manera de escribir de la víctima. En cuanto al aborto, el camarista sostuvo que este delito se materializa al haber armado toda la estructura para llevar adelante la maniobra abortiva presuntamente llevada adelante por Mirta Rusñisky
Respecto a Roxana Michl, esposa del principal sospechoso, el vocal sostuvo que la mujer tuvo un rol protagónico que abarcó no sólo un aspecto material, sino también intelectual. Y cita dos hechos puntuales: la introducción del testimonio de uno de sus hijos quien sostuvo que días posteriores a la desaparición de Paula vio a la joven en la vía pública cuando iba a buscar el boletín de calificaciones al colegio. Este punto se diluyó con el testimonio de una profesora. A ello, el camarista sumó un supuesto llamado a la casa de los Strumia con un pedido de auxilio presuntamente de Paula que fue desechado por su padre, quien incluso sostuvo que a su juicio es la voz de Mich. Para el vocal, esto muestra “su desparpajo frente a la desaparición de Paula Perassi”.
Según se reconstruyó, Strumia, Perassi y un tercer hombre se reunieron en un bar de Timbúes poco antes de la desaparición. La defensa del acusado intentó desvirtuar este encuentro con una filmación de la casa de Strumia. Aunque Carbone entendió que esa filmación muestra a Strumia irse con una camioneta a las 16.09 y regresar 18.46, cuando el encuentro se produjo cerca de las 18, por lo que existe la probabilidad de que haya ido a Timbúes, donde presuntamente se realizó el aborto no consentido, refirió. En cuanto a la salida de la víctima de su casa, cerca de las 22 tras recibir un llamado que provino desde un telecentro, el vocal entiende que tenía como fin sacarla de la casa, ya que su celular es tomado por una antena ubicada a 10 cuadras del telecentro, refiere el fallo.
La abortera
Mirta Dominga Rusñizky está acusada de llevar adelante el aborto no consentido de Perassi. La involucró en el caso su yerno, quien contó que a la mujer se le había “ido la mano” en un aborto. Lo que derivó en el careo con otros yernos de la acusada que negaron la versión. El vocal entiende que estos se ampararon en el vínculo familiar, pero que esta versión llegó al expediente por Alberto Perassi, quien aseguró que una abogada le contó que un cliente, yerno de la imputada, le dio la información. A su vez, durante el allanamiento a la casa de Mirta Rusñizky, que queda en Timbúes a metros del bar donde vieron reunirse a la víctima con Strumia, se encontraron pastillas abortivas, por lo que entendió una probabilidad de autoría
La pata policial
Carbone sostuvo que Daniel Puyol –con quien Strumia tenía un vínculo comercial, ya que este último arreglaba los camiones de la firma del primero– conspiró con el aseguramiento probatorio al pedir sólo la intervención de la línea telefónica de Strumia y no al sistema de radio. Y agregó que la Fiscalía y la querella resaltaron el pedido extemporáneo de la filmación del locutorio: cuando se concretó la imagen ya no existía, y la no mención de la presencia de cámaras de seguridad en la casa de Strumia, omisiones que conspiraron en contra de la calidad probatoria incriminante, sostiene el vocal.
Carbone agregó que no se explica por qué a cuatro días de la desaparición de Paula, con Strumia detenido, se detectaron 16 llamadas entre el teléfono de Puyol y el fijo de Strumia.
A lo que sumó lo dicho por el fiscal Guillermo Camporini, que habló no sólo del tráfico de llamadas con Michl sino también con los subalternos de Puyol que participaban en el caso, lo que demuestra indiciariamente la injerencia directa del tercero en el mando de la unidad sobre la investigación. Incluso hubo llamadas con el entonces jefe de Agrupaciones Especiales, comisario Jorge Klenz, imputado también en la causa, y citó los dichos del letrado querellante Adrián Ruiz, a quien le llamó la atención que la madrugada del lunes, entre la 1 y las 4, hubo cruce de llamadas; incluso una llamada a una casa funeraria, lo “que abona la hipótesis del actor penal de un plan para lograr la impunidad”, y agregó que “genera un sensible escozor” que uno los máximos jefes policiales llamase a la empresa funeraria justamente en el momento preciso que se supone la desaparición y muerte de Paula, y desechó que el llamado se haya hecho para pedir un médico.
Los investigadores
Cinco de los imputados son uniformados de menor rango que Puyol. Jorge Enrique Klenz era el jefe directo de Aldo Gómez y María José Galtelli, y Gabriel Godoy estuvo trabajando en los primeros diez días de la investigación y luego fue relevado. El eje de la imputación está en la falta de aportes probatorios a la investigación y la introducción de pistas falsas o que generaron un retardo en la investigación. Existen contactos entre Strumia y al menos tres de estos uniformados que no encuentra justificación, también la intervención de Gómez y Galtelli en la presunta llamada de Perassi pidiendo auxilio y el intento de convencer a las autoridades judiciales de ese mensaje, que según Alberto Perassi condice con la voz de la esposa de Strumia. A todo esto, se sumó la desaparición del casete donde estaba la grabación, por lo que no pudo peritarse la voz
El vocal sostuvo: “Si bien el delito de encubrimiento tiene una condena condicional, hay que evaluar el caso, y aquí al aborto seguido de muerte sin consentimiento de la mujer le debemos agregar la desaparición precisamente de la víctima del aborto y del ser abortado”, sostuvo. Y agregó que la falta de hallazgo de los cuerpos genera un daño extra a la muerte y/o desaparición “porque cercena a sus familiares la lógica sanación, si puede hablarse de esto, que es el duelo” .
El vocal no descartó que las partes incluyan en la acusación la privación ilegítima de la libertad. Carbone entendió que estos entorpecimientos probatorios pueden volver a repetirse. Sostuvo que los coimputados no generan confianza hacia un futuro para la obtención de un beneficio liberatorio, a lo que sumó las amenazas en las que vive inmerso el padre de la víctima. Con todos estos argumentos resolvió confirmar la prisión preventiva para los coimputados Strumia, Michl, Rusñisky y Pujol, quienes fueron detenidos inmediatamente después de la lectura de la resolución. Al resto, dada su baja jerarquía y escaso rol que tuvieron, la prisión preventiva fue morigerada con un arresto domiciliario.