A medida que se escuchaban las absoluciones, durante la lectura del fallo por el caso Perassi, las reacciones fueron absolutamente dispares, dentro y fuera del Centro de Justicia Penal.
Alberto y Alicia Perassi, los padres de la víctima, esperaron en el exterior la decisión del tribunal por el caso de aborto no consentido seguido de muerte de su hija Paula, desaparecida desde 2011. Vieron la lectura en directo por una pantalla gigante que se instaló al efecto y rodeados de una gran cantidad de personas y organizaciones que fueron a acompañar el reclamo de justicia por Paula. La decisión causó desolación. Alberto, enfundado en el chaleco antibalas que ya es parte de su vestuario, se mantuvo entero para contener a Alicia, su mujer, quien se descompuso y debió ser asistida por una ambulancia que la retiró del lugar.
Abrazado por un sinfín de personas Alberto recibió la calidez de la gente que lo acompañó: “La Justicia siempre juzga a la víctima y se pone del lado del delincuente. Acepto lo de allá adentro. ¿Quién me va a dar justicia a mí? ¿Cómo vamos a encontrar a Paula? ¿Cómo vamos a salir de esto? ¿Yo me quedo sin nada?», se preguntó Alberto.
El abogado querellante Adrián Ruiz adelantó que van a esperar los fundamentos de la sentencia y van a apelar. «La única lucha que se pierde es la que abandona. Esto no se va a abandonar estamos ante un caso terrible, pero la única forma de darle luz es seguir hasta las últimas instancias para que se visibilice y podamos a hallar a Paula. Con responsables presos que es la única respuestas que pueden dar las instituciones», aseguró.
En la sala audiencias los encausados iban mostrando su alivio. Gabriel Strumia, principal acusado, fue el primero en llorar, siguió su mujer, a la que abrazó incluso con las esposas puestas, siguió el llanto de Mirta Ruñisky, quien llegó a juicio acusada de practicarle un aborto no consentido a la víctima, Paula Perassi.
Luego fue el turno de los policías bajo acusación.
El primero en ser absuelto fue el comisario Adolfo Daniel Puyol, a quien Jorge Krentz le palmeó la pierna antes de escuchar su exculpación en el caso.
Le siguieron Aldo Gómez, María José Galtelli, quien rompió en llanto, y finalmente la absolución fue para Gabriel Godoy.
Dentro del recinto, en el que había familiares de los acusados y tras la finalización de la lectura, fueron escenas de abrazos, palmadas y llantos.