La Justicia Penal de La Plata dictó hoy la prisión preventiva a los siete detenidos acusados de haber participado el 29 de julio en la salidera bancaria en la que fue baleada Carolina Píparo, quien aún permanece internada en el Hospital San Roque de Gonnet.
La medida fue dictada este mediodía por el juez de Garantías platense, César Melazo, a pedido del fiscal de la causa, Marcelo Romero.
El fiscal Marcelo Romero acusó a Luciano López (19), Carlos Moreno (19), Carlos Burgos (18), Juan Manuel Calvimonte (24), Miguel «Pimienta» Silva (42), Carlos Jordán Juárez (45) y Augusto Claramonte (44) de «asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa en concurso ideal con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado por alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa agravado».
El lunes pasado, cuando el fiscal pidió al juez Melazo que les dictara la prisión preventiva a los siete sospechosos, consideró que el caso es «uno de los hechos criminales más aberrantes y cobardes de los últimos tiempos» y destacó que se cometió «a escasos metros de las respectivas sedes de los tres poderes del Estado provincial».
Y, en ese sentido, remarcó que «ni siquiera la pronta respuesta del sistema penal del estado ha podido aquietar las voces de repudio, espanto y asombro que, un hecho consumado al límite de la condición humana, generó».
«Este no es un crimen más», señaló Romero en el escrito y agregó que «no existen elementos pasionales, no existen referencias ni a la exclusión social, ni a la falta de oportunidades ni al desencanto que una sociedad anómica propicia» para afirmar que a pesar de esto «este crimen era esperable».
En su pedido, el fiscal detalló que durante 2009 «se cometieron 100 salideras bancarias por mes en toda la República; en los últimos seis meses se perpetraron 300 salideras» y añadió que «los días selectos por los delincuentes resultan los miércoles» y que el mes más intenso en este tipo de delitos es el de julio.
Para el fiscal, Carlos Jordán Juárez, es «el jefe de la organización delictiva» ya que organizó «la logística para perpetrarlo, proveyendo vehículos, comunicaciones y recurso humano, monitoreó la marcación desplegada por (Miguel Ángel) Silva en forma personal y telefónicamente».
Además, le imputó haber ordenado «los desplazamientos del resto de las células» y sostuvo que «impartió la orden de ejecución de la emboscada fatal, organizó la huida de todos y proveyó medios para que se fugaran (…) con la promesa de gestionar en forma espuria e ilegal ‘arreglos’ policiales y/o judiciales, como el intento de ocultar bajo el telón de una compraventa el vehículo Ford Eco Sport utilizado como apoyatura del equipo ejecutor».
Por otro lado, el fiscal consideró a Burgos como «autor material del ilícito» contra Píparo e Isidro Buzali, y a Luciano López y Calvimonte como coautores de ese hecho.
En tanto, Silva fue quien, para el fiscal, se encargó de corroborar que la víctima efectivamente extrajo del banco el dinero que luego le robaron.
Claramonte también tuvo «un rol esencial» al encargarse de «garantizar la impunidad de los autores materiales y miembros de la banda», indicó Romero.
Mientras que Moreno fue imputado como partícipe necesario del ilícito «al prestar ayuda indispensable e imprescindible, sin la cual el crimen no hubiera sido perpetrado según el plan urdido, asegurando el ocultamiento de las armas».
Por el mismo hecho, ya están procesadas, aunque sin prisión preventiva, Jennifer López Leguina (19), pareja de López, y Stella Maris Grizzia (28), quienes fueron liberadas hace diez días ya que se les imputó el delito excarcelable de «encubrimiento agravado», además de que el fiscal considerara que no iban a entorpecer la pesquisa.
Carolina Píparo, que estaba embarazada de nueve meses, fue baleada el 29 de julio cuando con su madre, María Ema, fue a retirar dinero a la sucursal del Banco Santander Río de 7 y 42, en La Plata.
Tras la diligencia, madre e hija regresaron a la casa de la primera, en las calles 21 y 36, y en la puerta fueron interceptadas por dos delincuentes que bajaron de una moto y la balearon a pesar de que ya tenían su dinero. La mujer fue sometida a una cesárea de urgencia de la que nació Isidro, quien murió una semana después.