Una cuchilla de 30 centímetros, un hacha y un baño con rastros de sangre. Ese fue el secuestro en un allanamiento a un departamento de Copahue al 6200 que pertenece a uno de los imputados de asesinar y descuartizar a la docente jubilada María Isabel Ruglio, de 73 años, cuyos restos fueron encontrados en el arroyo Saladillo en febrero pasado.
El allanamiento se hizo en el Fonavi del Sindicato de la Carne, ordenado por el fiscal Adrián Spelta y llevado a cabo este miércoles por la noche por el personal de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). El hallazgo de las dos armas blancas que tenían rastros de sangre que también se hallaron en el baño de esa vivienda sumaron una posible nueva evidencia contra Marcelo F., de 53, y Josefa R. C., de 58, la pareja imputada por el homicidio calificado por codicia, agravante que prevé perpetua. El hombre, según el legajo de investigación “experto en el manejo de cuchillos”, y la mujer española quedaron presos el 6 de marzo pasado. La hipótesis de la Fiscalía es que mataron y luego desmembraron a María Isabel, con quien mantenían una especie de convivencia, para quedarse con la vivienda de Uriburu al 522, donde vivía la víctima.
Entre el 10 y 11 de febrero pasado pescadores que frecuentan el Saladillo encontraron restos humanos en la costa del arroyo. El hallazgo constaba de siete bolsas con diferentes partes de un cuerpo. Pasó cerca de un mes de incertidumbre ya que la víctima no había sido identificada hasta el 4 de marzo pasado, gracias a un llamado a la Fiscalía de un familiar que vive en la capital provincial. Esta persona aportó un posible nombre al cuerpo, que fue confirmado por un cotejo dactilar. Para esa fecha, ya hacía varios días que los vecinos de María Isabel, la docente jubilada que llevaba una vida solitaria en barrio La Bajada, ya comenzaban a sospechar de la pareja que regenteaba la verdulería montada en el frente y vivía en la parte trasera de la casa de la mujer.
Una brigada de detectives de la División Homicidios de la AIC allanó la vivienda ese mismo miércoles 4 de marzo. El luminol, un reactivo para detectar rastros de sangre, y el perro Kimbo, con olfato entrenado para buscar restos humanos y que participó de la recolección de los restos en el Saladillo, aportaron un avance notable en el caso. El compuesto químico y el can detectaron gran cantidad de sangre en una pileta del patio. Esos indicios, sumado a testimonios de vecinos y otras evidencias fueron la base de la imputación del fiscal Spelta contra la pareja, el viernes pasado. Tanto Marcelo como Josefa quedaron presos en forma preventiva por el plazo de ley, es decir dos años, con posibilidad de una revisión cada 90 días previo a la realización del juicio. Mientras la investigación continuó. Los peritajes establecieron la fecha de muerte de María Isabel en el 6 de febrero.
Luminol, olfato y dichos, claves para acusar a pareja por crimen de la docente
En la audiencia, el fiscal dijo que restaba allanar el departamento de Marcelo Alberto F. en el barrio de la Carne. Un testimonio incorporado al legajo, que motiva conjeturas escabrosas, señaló que “uno de los trabajos que Marcelo realizó en su estadía en España fue trabajar con las patas de jamón crudo. Y que tenía que ser preciso con los cortes, debían ser perfectos, si no lo despedían”.
El legajo del caso sumó nuevos elementos este miércoles por la noche: en el allanamiento a Copahue 6200 la Fiscalía dijo que fueron secuestradas un hacha y un cuchillo de 30 centímetros. Y que ambas herramientas dieron resultados positivo en el test de luminol que reacciona ante rastros de sangre. También que en el baño del departamento se hallaron vestigios de sangre, dijeron fuentes judiciales.
El hallazgo abrió la posibilidad que el cuerpo de Ruglio haya sido trasladado a ese inmueble previo a que fuera descartado en el río. Resta ahora esperar que el cotejo de los ADN confirme si se trata de los restos de la mujer.