El gobierno catalán calificó hoy de «enorme irresponsabilidad» el discurso del rey Felipe VI, quien acusó a los independentistas de haber «quebrantado» el orden constitucional, mientras el parlamento catalán fijó para el próximo lunes la sesión plenaria en la que se podría aprobar la declaración unilateral de independencia.
La irrupción del monarca en el conflicto catalán no apaciguó los ánimos en Cataluña sino que hizo temer lo peor, al reafirmar la idea de que la mayor crisis política e institucional que atraviesa España en 40 años de democracia no se resolverá a través del diálogo.
En medio de una gran incertidumbre, el clima de tensión en Cataluña sigue escalando y el presidente catalán, Carles Puigdemont, tiene previsto realizar una declaración institucional esta noche a las 21 hora local (16 horas de Argentina), y nada indica que cesará en su determinación de embarcarse en la incierta y dramática ruptura con España, después de que ayer, en una entrevista con la cadena británica BBC, dijo que «declarará la independencia en cuestión de días».
Tras el caótico referéndum del domingo, en el que el 90% de los 2,2 millones de catalanes que votaron -menos de la mitad del padrón- se pronunciaron a favor de independizarse de España, Puigdemont sostuvo que trasladaría los resultados al parlamento regional, que debe aplicar la «ley del referéndum», que prescribe la declaración de independencia si el Sí supera al No.
La mesa del parlamento catalán, órgano que gobierna la cámara, con mayoría independentista, decidió hoy convocar para el próximo lunes una sesión plenaria «excepcional», en la que posiblemente se apruebe esta histórica decisión, que el Ejecutivo central español insiste en que no tendrá consecuencias porque «la secesión no se va a producir».
Sin embargo, al día siguiente del discurso del monarca, el Ibex 35- índice de referencia de la Bolsa española -sufrió la mayor caída en 14 meses al perder más de 2 puntos, en medio de la crisis catalana.
Las mayores pérdidas las registran los bancos catalanes Caixabank y Sabadell.
De igual manera, las acciones de la empresa biotecnológica Oryzon Genomics se dispararon hoy un 27% en la bolsa después de que ayer sus directivos anunciaran que trasladaba su domicilio social de Carnellá de Llobregat, en la provincia de Barcelona, a Madrid.
A la espera de si Puigdemont aclara el panorama, el vocero del gobierno catalán, Jordi Turull, reafirmó el conflicto en toda su dimensión al afirmar que el discurso que pronunció anoche el rey Felipe VI fue «espantoso y un error desde todos los puntos de vista» en entrevista con el canal regional TV3.
El rey aseguró que con sus decisiones las autoridades de Cataluña incumplieron la Constitución y el Estatuto autonómico y, tras tachar la situación de «deslealtad inadmisible» y «conducta irresponsable», señaló que los «legítimos poderes del Estado» deben asegurar «el orden constitucional».
Turull destacó que monarca no pronunció la palabra «diálogo», tampoco hizo «ninguna mención» a los casi 900 heridos en las cargas policiales del domingo -cuando la Policía Nacional y la Guardia Civil irrumpieron en los centros electorales de Cataluña – a la vez que «ignoró» la «tremenda movilización» ciudadana que tuvo lugar el 1 de octubre con motivo de la votación, a pesar de que había sido declarada ilegal por el Tribunal Constitucional español.
Por todos estos motivos, Turull aseguró que la respuesta ahora es «república o república», aunque el coordinador del PDeCAT -el partido de Puigdemont- en el Congreso de los Diputados español, Jordi Xuclà, dijo que ellos «no renuncian, por vías discretas, a una mediación».
Los partidos «constitucionalistas», es decir, el gubernamental PP, el opositor Partido Socialista (PSOE) y el liberal Ciudadanos, respaldaron la intervención del monarca, mientras la izquierda lo censuró con dureza.
En Cataluña, incluso dirigentes socialistas se mostraron preocupados ante el mensaje de Felipe VI, como Jaume Collboni, teniente de alcalde de Empresa de Barcelona, o Nuria Marín, alcaldesa de L’Hospitalet, quien vía Twiter escribió: «Esperábamos más. Esperaba una puerta abierta al diálogo y al consenso. Preocupada, muy preocupada».
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien ayer calificó el discurso del rey de «irresponsable e indigno para un jefe de Estado», hoy sostuvo que se despertó «triste pero no resignada».