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Causa Carbón Blanco: edificios y cine para lavar mil millones

Carlos Salvatore, operaba en Mar del Plata. La Justicia investiga la ruta del dinero del tráfico de drogas.

El aviso con el que N&S Administraciones promocionaba su emprendimiento inmobiliario “Libres del Sud”, en la ciudad de Mar del Plata, era particularmente atractivo. Con ciertos detalles de nivel y vista al mar, los departamentos de dos y tres ambientes presentaban además ciertas facilidades de financiamiento, lo que cerraba un combo ideal. Un año después, lo que parecía una propuesta interesante se transformó en una pesadilla. El edificio quedó sin terminar, las familias que compraron alguna de sus unidades no pueden escriturar ni continuar abonando las cuotas pendientes y, tanto peor, el empresario constructor responsable de la obra se encuentra inhibido y procesado por lavado de dinero. Y es que para la justicia existe sobrada evidencia que el emprendimiento formaba parte del conjunto de inversiones desplegadas por el líder narco Carlos Alberto Salvatore, condenado el año pasado en el marco de la emblemática causa “Carbón Blanco”, para canalizar al circuito legal los cuantiosos fondos provenientes del tráfico de cocaína a Europa.  Fueron casi mil millones de dólares que era necesario lavar y cuya ruta todavía es materia investigativa.

El trabajo articulado entre la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), a cargo del fiscal general Gabriel Pérez Barberá y la fiscal María Laura Roteta, y la Fiscalía Federal de Roque Sáenz Peña, a cargo de Carlos Sanserri, puso al descubierto un entramado financiero, inmobiliario y empresarial que, merced a la utilización de sociedades pantallas y testaferros, tenía como denominador común brindar apariencia de licitud a los cuantiosos fondos del narcotráfico.

El desarrollo de emprendimientos inmobiliarios en la ciudad de Mar del Plata era uno de los canales elegidos para lavar el dinero proveniente del narcotráfico. Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos es que esa modalidad delictiva se complementaba con otra, mediante la cual los edificios construidos violaban alguna de las disposiciones municipales, por ejemplo, superando la cantidad de pisos autorizados. La obra se detenía y los responsables de la construcción -ante la desesperación de los compradores por no poder escriturar- recompraban las mismas unidades “a precio vil”. No casualmente, Salvatore desembarcó en Mar del Plata a través de NS Construcciones, una sociedad que mantenía con el empresario de la construcción y antiguo cliente, Antonio Nicolosi, con quien realizó al menos nueve emprendimientos en esa ciudad de la costa atlántica.

Titular de la empresa constructora San Sebastián, Nicolosi fue condenado en 2004 a 13 años de prisión por una monumental estafa inmobiliaria cometida contra más de 500 familias en la década del noventa. Con la connivencia del entonces presidente del Consejo Deliberante José Manuel Pico (también condenado) y una escribanía, levantó trece edificios prohibidos por el Código de Planeamiento Urbano. Las familias nunca pudieron escriturar y algunos de los edificios debieron ser demolidos.

De acuerdo con la investigación, el cine fue otra de las actividades elegidas para canalizar recursos provenientes del narcotráfico. Estrenada en febrero de 2010 y destinada al público infantil, “Plumíferos, aventuras voladoras” es un largometraje  de animación en 3 D, el primero en su tipo realizado íntegramente en Argentina. Los reconocidos actores Luisiana Lopilato y Mariano Martínez prestaron su voz para darles vida a los personajes principales de la historia. El film fue producido por Manos Digitales Animation Studio S.A., empresa atribuida a Carlos Salvatore.

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