En la mañana de ayer, el titular de la Secretaría de Seguridad Comunitaria, Ángel Ruani, se presentó en la Unidad de Información y Atención a la Víctima, conocido como fiscalía de denuncias únicas, a cargo de Guillermo Corbella, para denunciar que había sido amenazado de muerte a través de terceros y que lo mismo había ocurrido con el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto (quien ya había recibido amenazas hace dos semanas). Según fuentes del caso Ruani sostuvo que un empleado policial que estuvo en la mañana de ayer en barrio La Granada, en el marco de los periódicos operativos que se realizan para desbaratar la banda Los Monos, le trajo un mensaje: que le habían puesto precio a la vida de ambos.
A casi un mes de la saga de allanamientos ordenados por el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna para tratar de desbaratar una asociación ilícita conformada por una banda que en la última década fue ganando terreno, espacio y notoriedad, y sembrando miedo y terminando con sus oponentes, sigue mostrando su poder. Mientras los principales cabecillas siguen prófugos, ayer se conoció que quienes encabezan la investigación que apunta a desbaratar el clan de los Canteros fueron nuevamente amenazados de muerte.
En base a información obtenida en el barrio, las amenazas fueron nuevamente hacia el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, y para el secretario de Seguridad Comunitaria, Ángel Ruani, quien de esta manera se suma a la lista de apuntados y a partir de ayer contará con custodia.
Un portavoz mencionó que la persona que trajo la novedad escuchó en lugares no especificados de los barrios La Granada y Las Flores que había una importante suma de dinero ofrecida para atentar contra las vidas de funcionarios del gobierno santafesino, la justicia y también la Policía.
En principio se pensó que se trataba de los dichos escuchados hace dos semanas, que mencionaban al juez Vienna, el ministro Lamberto y a los policías que forman parte de la División Judicial de la Unidad Regional II. Pero ahora se sumó el nombre de Ruani, a quien le mandaron decir que “le habían puesto precio a su cabeza”, por lo que en la mañana de ayer el propio involucrado se presentó junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Lewis, en la Unidad de Información y Atención a la Víctima, donde dejaron asentada la denuncia ante el fiscal Guillermo Corbella.
Banda desconocida
Por su parte, en la mañana de ayer declaró el suboficial Ángel Avaca, arrestado el miércoles por la noche en la Jefatura de Policía. Según fuentes del caso, el uniformado reconoció que hasta hace pocos días trabajó en la seccional 15ª, pero negó conocer a algún integrante de la banda Los Monos. El agente fue imputado por asociación ilícita, cohecho y tráfico de influencias y quedó tras las rejas. La imputación es la misma por la cual están presos el sargento Juan Maciel, alias Chavo, arrestado el pasado 31 de mayo y el comisario Gustavo Pereyra, apodado Gula Gula, apresado el 5 de junio (ambos integrantes de la Secretaría de Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad, dependencia creada el año pasado).
Mecánico de celulares
En tanto, quien también prestó declaración en el Juzgado de Instrucción 4ª fue Alejandro Ríos, alias Negro Ale, quien fue detenido anteayer luego de allanar un local de venta y reparación de celulares a su nombre, ubicada en 27 de Febrero al 1000, donde se secuestraron 200 aparatos de telefonía, 250 baterías para celulares, 140 plaquetas y carcasas plásticas de diferentes equipos. Y su vivienda de Zeballos al 700, donde los pesquisas incautaron 2 netbooks, 15 aparatos celulares y varias cajas con elementos de comunicación.
En sede judicial, el hombre explicó que trabaja arreglando celulares por encargo y que es el único que hace dicho trabajo en la ciudad y alrededores, y que era por ello que posee tantos aparatos y partes. Además, negó tener vinculación con la banda Los Monos.