La Cámara de Apelaciones confirmó la decisión de la Justicia de San Lorenzo de archivar las investigaciones que pesaban sobre el ex jefe de la Unidad Regional XVII Marcelo Egido, en el marco de la causa por la desaparición y muerte de Paula Perassi. Al margen de que los abogados querellantes plantearon que cinco de los policías investigados cumplían tareas bajo su supervisión, los camaristas entendieron que no había pruebas suficientes para sospechar que tuvo algún tipo de participación en el encubrimiento del hecho. De acuerdo con fuentes del caso, al declarar Egido señaló que desde la primera etapa notó irregularidades en la pesquisa y deslizó que podía haber relación entre sus subordinados y la desaparición de Paula.
Marcelo Egido era jefe de la Unidad Regional XVII –departamento San Lorenzo– cuando se produjo la desaparición de Paula Perassi en septiembre de 2011. Durante los primeros 10 días, el caso estuvo a cargo de la Agrupación Unidades Especiales con la dirección del sargento Gabriel María G., un subordinado suyo, aunque luego fue corrido del cargo. Cinco uniformados de la regional fueron procesados por encubrimiento y ante ello, en su momento, la querella a cargo de Rodrigo Mazzuchini, José Ferrara y Adrián Ruiz planteó indagar al jefe policial, al interpretar que no pudo ser ajeno a los hechos.
El juez de Instrucción sanlorencino Juan José Tutau dictó el archivo a favor de Egido y la decisión fue apelada por los representantes de la familia Perassi, situación que se debatió diez días atrás ante la Cámara de Apelaciones de Rosario. Anteayer se conoció el fallo: el tribunal de alzada, a cargo del magistrado Carlos Carbone, confirmó lo que había determinado Tutau, al entender que, por el momento, no existen pruebas suficientes para que Egido siga relacionado con la causa.
“Tendremos que seguir investigando; de todas maneras el testimonio de este policía aportó algunas cuestiones interesantes”, señaló Rodrigo Mazzuchini en diálogo con El Ciudadano.
Es que el ex jefe policial sostuvo que, al margen de que desde el primer momento puso a varios de los que creía sus mejores hombres a trabajar tiempo completo en la investigación, rápidamente se encontró con que el caso estaba estancado. Ante esta situación pidió una reunión privada con el juez Eduardo Filocco –quien en aquel momento estaba a cargo de la causa– y le planteó la idea de que la pesquisa fuese llevada adelante por fuerzas federales o, en su defecto, por la Tropa de Operaciones Especiales.
De acuerdo con lo que explicaron fuentes judiciales, Egido notó que podría haber cierta afinidad entre el sargento Gabriel María G. y Gabriel Strumia, principal sospechoso de su muerte. “Cuando arrestaron a Strumia el sargento G. pasó toda la noche charlando con él y esto hizo que Egido sospechara. El hombre vio algo raro y lo notificó”, aseguraron.
El caso
Paula Perassi desapareció el 18 septiembre de 2011 en San Lorenzo. Ella mantenía una relación extramatrimonial con Strumia, producto de la cual había quedado embarazada. Según la teoría acusatoria, Strumia –con la ayuda de Antonio D., un empleado suyo– obligó a Paula a someterse a un aborto que salió mal y le provocó la muerte. Los restos de Perassi nunca fueron encontrados. El caso tiene procesados a los cinco policías mencionados más arriba, además de Strumia, su esposa y la mujer acusada de ser quien llevó a cabo del aborto. Antonio D., en tanto, había sido sobreseído junto con Strumia en la causa que investiga el homicidio, aunque hace tres semanas el camarista Carbone revocó esta medida para ambos imputados.