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Causa Tognoli: No descartan demandar al Estado

Un año de juicio, varios sobreseimientos y algunas condenas por tenencia dejó el juicio al ex jefe de policía Hugo Tognoli, que fue absuelto. Totola Orozco y Vaco Ascaini fueron condenados a 12 y 10 años de prisión. El policía Néstor Fernández recibió una pena de 10 años y su colega Quintana 3

El Tribunal Oral Federal Nº 2 absolvió al ex jefe de la Policía de Santa Fe Hugo Tognoli, quien está preso desde hace poco más de cinco años bajo acusación de haber brindado protección a narcos del sur provincial. Tras conocerse el fallo, el abogado de Tognoli, Néstor Oroño, dijo a la prensa que no descarta demandar al Estado provincial. Y añadió: “La causa jamás tuvo sentido. Hoy la justicia primó sobre la política”. Además de Tognoli fueron absueltos Lucas Daniel Núñez, Osvaldo Daniel Núñez, Eduardo Oscar Romero y Aldana Soledad Farías. Las penas más altas recayeron sobre Aldo César “Totola” Orozco, acusado de organizador de trafico de estupefaciente y contra Carlos Andrés Ascaini, que fueron condenas a 12 y 10 años de prisión respectivamente. Para el policía Néstor Juan Fernández dictaron 10 años de prisión y para su colega Carlos Alfredo Quintana 3 años. Los jueces también dictaron varias condenas por tenencia muchas de ellas de ejecución condicional.

El juicio oral contra el ex jefe de la Policía de Santa Fe llegó este jueves a su última jornada tras un año de debate. Hugo Damián Tognoli, después de haber sido condenado a seis años de prisión en una causa federal radicada en la capital provincial por coacción en perjuicio de una mujer y connivencia con el narco Daniel “Tuerto” Mendoza, llegó a este debate acusado de brindar “protección y cobertura” a narcos del sur de la provincia que operaban en Villa Cañás, Firmat y Venado Tuerto. Tras casi dos horas de demoras, 25 de los 27 imputados, algunos detenidos en cárceles fuera de la provincia, llegaron al edificio de los Tribunales Federales de Oroño al 900. El Tribunal Oral Federal N°2 (TOF2), integrado por Beatriz Caballero de Barabani –en la presidencia–, Omar Digerónimo y Otmar Paulucci, pidió que los dos acusados (un hombre y una mujer) fuesen declarados en rebeldía y llevados por la fuerza pública. El dato fue que la abogada defensora de la mujer avisó pasadas las 11 de que su clienta se encontraba camino al juicio: “Está viajando en colectivo desde Venado Tuerto”, dijo. Y así empezaron las declaraciones de los imputados previas a la sentencia que se dio a conocer pasadas las 15. El primero fue el ex jefe de la policía santafesina; después lo siguieron sus subalternos Juan Néstor Fernández, ex titular de Drogas en el departamento General López, y Carlos Alfredo Quintana; también Aldo César “Totola” Orozco, el firmatense acusado de ser unos de los jefes  narco que encubrieron los policías. Todos insistieron en su inocencia y también tuvieron duros mensajes para con las decisiones del tribunal y la Fiscalía.

Carlos Andrés “Vasco” Ascaíni, originario de Villa Cañás, optó por no hacer uso de la palabra. La Fiscalía federal, representada por Adolfo Villatte y Adriana Saccone, pidió 15 años para este otro sindicado jefe narco del sur provincial. Para los demás imputados, las penas solicitadas fueron de 3 a 9 años de prisión, según su participación.

 

Hugo Damián Tognoli

Este juicio oral llevó un año. Empezó en junio de 2017 y el ex jefe de Policía llegó con prisión preventiva desde marzo de 2013. Tognoli fue acusado de brindar protección al Vasco Ascaíni y Totola Orozco. En los alegatos, la Fiscalía pidió 15 años para Tognoli y le sumaron como agravante formar una “empresa criminal” de tres o más personas y también por su condición de funcionario público. Tognoli fue apresado a menos de un año de ser nombrado jefe de la Policía de Santa Fe –tras haber sido cuatro años jefe provincial de Drogas–, en noviembre de 2012 por orden del magistrado Carlos Vera Barros, titular del Juzgado Federal N° 3, pero recibió la falta de mérito, al igual que otros seis policías. A los cuatro meses, el fiscal Juan Patricio Murray, en un repentino reemplazo de su par Liliana Bettiolo –quien no había apelado la falta de mérito–, reabrió el expediente con nuevas pruebas y pidió su detención, que se produjo en marzo de 2013.

“No tengo nada que decir del tema judicial ya que quedó demostrado que no existen pruebas en mi contra como se dio conocer en los medios de esta ciudad. Se dictó la falta de mérito en mi caso y la (entonces) procuradora (Alejandra) Gils Garbó echó a Bettiolo y puso en su lugar al fiscal Patricio Murray. El fiscal trajo teorías extranjeras que hicieron que hoy lleve más de cinco años detenido. Nunca entendía por qué. Por una cuestión humanitaria quiero que me lo expliquen”, empezó su declaración Tognoli.

Con traje, parado recto, se aferró al micrófono y siguió. “Todas las noches que pasé de insomnio estuve leyendo la causa de adelante para atrás y de atrás para adelante porque tenía que encontrar una explicación para darle a mi familia. Porque esto me destruyó, no solamente a mí sino también a mi familia. Mi señora está enferma, con tratamiento psiquiátrico por la angustia y la depresión que le provocó todo esto proceso”, agregó con la voz entrecortada. Su esposa, sus hijos y una nieta estaban en otra sala.

Tognoli hizo una pausa y levantó un poco un tono al decir que nunca entendió la acusación. “Estoy preso por chequear una patente, que es un trabajo policial, y con esa bendita consulta. No puedo saber qué fue lo que hizo un subalterno con esa información.  No sé de qué corrupción hablan. A Druetta (por el comisario de nombre Alejandro, jefe de la Dirección General de Control y Prevención de Adicciones del sur santafesino) le ordené investigarlo a Ascaíni. Lo llamé a mi despacho y le se lo dije. Lo detuvo la Policía de la comisaría 13ª (de la regional General López).  No sé de qué proyección hablan porque no tenía medios para saber qué fue lo que hizo tanto Ascaíni como Orozco”, explicó

El ex jefe policial dejó entrever en todo su discurso que su causa fue una cuestión política. “Destruyeron a mi familia. Ahora lo que más me preocupa es la salud de mi señora. Señores del jurado: quiero que sepan que si su intención era condenarme sepan que están condenando a un inocente”, concluyó.

 

Juan Néstor Fernández

Para el ex policía de la Dirección General de Control y prevención de Adicciones, la Fiscalía pidió diez años de condena por considerarlo coautor del delito de narcotráfico en la causa.

Fernández, quien al ser detenido era jefe de la emblemática comisaría 2ª de Rosario, empezó fuerte: “Se llevaron a las patadas mis derechos. La condena es un hecho consumado, pero tenía mucha bronca y no me quería quedar con el entripado. Lo que siento y me llamó la atención es que ustedes (por el Tribunal) dejaron que la Fiscalía se llevara por delante a muchas de las personas que están hoy acá”, dijo y señaló las sillas donde estaban los 25 imputados.

“La Fiscalía trajo un tema en los alegatos que no me expusieron con anterioridad. Como se dice, con cuchillo bajo el poncho lo metió en el alegato para que no pudiera defenderme. En la causa se dijo que el que hablaba con Ascaíni y con (Pablo) Manzi (según la acusación detenido por Fernández tras un dato que le pasó Ascaíni) era un tercero, no yo. Vengo siendo asaltado desde un principio”, señaló.

La Fiscalía indicó que Tognoli apoyó la consulta de Fernández, su subordinado en Venado Tuerto, realizada con la clave segu21083 provista por el Registro Nacional de Propiedad Automotor. Esta acción hizo que se desbaratara la investigación que hacía la Policía de Seguridad Aeroportuaria contra Ascaíni, quien según la Fiscalía al notar que era seguido pidió en la comisaría de Villa Cañás que le averiguaran a nombre de quién estaban esos vehículos. La hipótesis fue que Ascaíni le dio a una persona que no fue identificada información sobre un vendedor de drogas, quien resultó ser Manzi, y avisó que estaba en un colectivo que tenía como destino Venado Tuerto “con algo encima”. Ese día Fernández habló tres veces con Tognoli y detuvo a Manzi. Para la Fiscalía, el objetivo de Ascaíni era sacar del juego a otros proveedores de la competencia.

“Tres veces me presenté en forma espontánea pero la Fiscalía quería un impacto político. El 2 de noviembre me sacaron esposado y detenido de mi oficina. Pasé 515 días en  libertad y después el 14 de abril de 2016 me volvieron a detener. Tengo arraigo, llevo 24 años de casado en el mismo domicilio. Me destruyeron y se llevaron a las patadas mis derechos”, reclamó el hombre, quien se quebró y se preguntó: “¿Cómo una persona que trabaja 14 horas entre ser policía y el de chofer de taxi puede ser un criminal?”.

“No se hizo justicia con nosotros.  Señora presidenta esto fue un castigo. Las penas no son para castigo. Desde 2010 no tuve ninguna comunicación con Tognoli y venir a usar eso en el alegato para que no pueda defenderme. Este juicio fue una vergüenza como también que la sociedad se convenza de que hay presos porque sí”, señaló.

Un momento emotivo para Fernández fue cuando le reclamó a la jueza que no hizo lugar al pedido de que lo trasladara a una prisión más cerca de su domicilio para ver a su madre, ya que en ese período su padre había fallecido. “Señora presidenta: es muy cierta la frase que escuché. Es mejor mil culpables en la calle que un inocente preso. Espero que sean más humanos y que pueda dormir tranquila”, finalizó su exposición.

 

Carlos Quintana

Para el cabo de la Policía santafesina, la Fiscalía pidió tres años de prisión como partícipe secundario. Cuando llegó el turno de tomar la palabra, Quintana tuvo una de las declaraciones más fuertes que se escucharon cuando pidió que le hagan un favor y lo ejecuten.

“Sé que no sirve de nada pero desde 2012 hasta la fecha estoy en esta causa por el simple hecho de que me equivoqué de persona cuando hablé. Por atender el teléfono. En todo este tiempo perdí al 90 por ciento de mi familia. Mi madre falleció de Alzheimer. Estaba bien y se enfermó por todo esto”, dijo.

“Hicieron lo que quisieron, qué más me van a quitar. Pero me conformo con que le digan a mi mujer y a mis hijos que no conozco a nadie de los que esté acá. Y quiero que me hagan un favor: ejecútenme. Tomen un arma y tírenme en la cabeza. Así, no puedo vivir más”, cerró Quintana con la cabeza en alto.

 

Aldo “Totola” Orozco

La Fiscalía pidió 10 años de prisión al considerarlo uno de los jefes de la organización. Lo primero que reclamó Orozco, quien ya purga una condena por narcotráfico, fue que llegaba a esta instancia sin haber visto las audiencias anteriores. “Esta presidencia nunca me mandó los CD con las audiencias. En la cárcel (de Villa Devoto) había problemas de conexión y no se podía la teleconferencia”, explicó y remarcó que en las tres causas donde lo mencionaron ya había salido sobreseído.

Totola también reparó en que su acusación se expuso que la denuncia en su contra fue una llamada de la dependencia de Los Pumas, la Dirección de Seguridad Rural, pero que se había comprobado que no tenía teléfono fijo en ese momento. “Druetta (quien lo detuvo) es un narcotraficante como el fiscal que lo defiende. Dijeron que el que hablaba era Orozco y no hicieron nada para probarlo. No les llama la atención en que los procedimientos que hace Druetta la droga siempre está debajo de la cama. Qué casualidad: en los dos juicios que estuve encontraron la droga en ese lugar”, sostuvo Totola, quien para terminar dijo que no había matado a nadie y pidió una pena mínima.

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