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Cautela en la familia de Julio López por un nuevo indicio sobre los restos del testigo

El hijo del albañil de 77 años desaparecido hace siete años confirmó a ámbito.com que la Justicia sigue una nueva pista: un ex policía dijo que el cuerpo está enterrado en un basural de Santa Clara del Mar. "A la pista le doy seriedad", dijo Rubén López.

Cautela y Tranquilidad. Esa es la actitud que invade a la familia de Julio López, testigo de delitos de lesa humanidad desaparecido hace siete años, tras la difusión de una nueva pista que indicaría que el cuerpo del albañil de 77 años fue enterrado en un basural de la localidad balnearia de Santa Clara del Mar.

La nueva pista surge del testimonio del policía federal retirado Claudio Correa, quien se presentó personalmente en los primeros días de noviembre ante el juzgado federal Nº 1 de La Plata, a cargo del juez Humberto Manuel Blanco, para dar una nueva versión sobre la desaparición de López. Ese relato se conoció este fin de semana, tras la divulgación de una entrevista a Correa donde brindó supuestos «datos concretos» sobre el destino de López.

«Yo participé en eso. Lo levantaron en La Plata, lo llevaron a una casa en Quilmes, lo durmieron y lo trasladaron hasta esta zona en una ambulancia del Servicio Penitenciario Bonaerense hasta el camping El Indio de Mar de Cobo», dijo Correa. Víctima de una enfermedad terminal, el expolicía aseguró que «lo mataron a golpes, lo enterraron y lo taparon» y que el cuerpo fue trasladado «hace un mes» al basural de Santa Clara, en un predio ubicado detrás del pequeño cementerio local.

Correa sustenta su versión en los dichos del policía bonaerense Marcelo Alfredo Soulé, con quien tendría 20 años de relación, que le confesó todos los detalles y le solicitó «una mano» para remover los restos de López de Mar de Cobo al basural.

Ante esta nueva declaración asentada en el expediente judicial, la familia de López confía en la investigación del fiscal de Rodolfo Marcelo Molina, que ya ordenó medidas de recolección de prueba, pero que todavía no solicitó inspecciones en el lugar.

El hijo del testigo desaparecido, Rubén López, dialogó con ámbito.com y confirmó que en estos momentos la Justicia está detrás de esta nueva pista. «Sabíamos hace un mes. Se están haciendo investigaciones, pero tenemos que manejarnos con cautela, con tranquilidad», dijo con tono sereno.

«Desconozco el resultado de los primeros rastrillajes. A la pista le doy la seriedad como a cada uno de los que han hablado», agregó, en referencia a las decenas de testimonios que se acumulan en la causa. Al 18 de septiembre pasado, a siete años de la desaparición, existían 17 pistas abiertas por llamados telefónicos, con diferentes sospechosos. En tanto, otras 34 pistas fueron cerradas en los últimos cuatro años por no haber conducido a resultados positivos.

Uno de los indicios que más expectativas generó fue el testimonio de un testigo protegido aportado por el abogado mediático Alejandro Sánchez Kalbermatten. En ese caso, la información apuntaba que el cuerpo de López había sido enterrado en el Parque Pereyra Iraola, ubicado en el límite de Berazategui y La Plata. Los rastrillajes duraron tres días y se hicieron de día y noche, en un sector que cubrió de seis mil metros cuadrados. Los resultados fueron negativos.

«No quiero que me pase lo mismo que ocurrió con la pista del Pereyra Iraola», advirtió ahora Rubén, que insistió en remarcar ante este medio sobre la «tranquilidad» que posee la familia por la nueva pista. Su abogado, Alfredo Gascón Cotti, también calmó las expectativas. «Frente a la ausencia de hipótesis, surgen novedades para en principio no aparec muy verosimil el testimonio (de Correa)», afirmó el letrado a ámbito.com.

Sobre la versión de que se trataría de una pista falsa en el marco de una interna policial tras los acuertelamientos, afirmó: «No tengo información, no lo puedo asociar».

Doble desaparición

López fue secuestrado el 27 de octubre de 1976 por un grupo de tareas liderado por Miguel Etchecolatz, y estuvo en los centros clandestinos «El Destacamento» y «Pozo de Arana», en las Comisarías 5º y 8º y en la Unidad 9. Recuperó su libertad en junio de 1979.

Durante el juicio contra Etchecolatz, la mano derecha del exgeneral Ramón Camps, jefe de la Policía Bonaerense durante la dictadura militar, López señaló al represor como uno de sus torturadores.

El 18 de septiembre de 2006, cuando se producían los alegatos de su querella pidiendo la condena por genocidio y cadena perpetua para el represor, el albañil desapareció por segunda vez, presuntamente secuestrado al salir de su casa. A siete años del caso todavía no hay detenidos.

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