Agentes de la Tropa de Operaciones Especiales junto con la Policía Federal detuvieron ayer a Mariano Salomón, un hombre que está acusado en la llamada megacausa Los Monos por asociación ilícita. La detención se produjo en la localidad bonaerense de La Matanza, donde se había trasladado pocas horas antes de su detención. Salomón, al igual que Ramón Machuca (alías Monchi Cantero), estaba en Buenos Aires desde hace un tiempo y era escuchado por la Policía. Cuando la TOE se acercaba a los acusados, una misteriosa intervención federal que contó con la ayuda de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) –que es a su vez la encargada de las escuchas– se adelantó a la detención. Según una fuente de la causa, los “federales había escuchado también” y en ese contexto terminaron con el operativo frente a los ojos de los agentes santafesinos que estaban rodeando la zona. Algunos interpretaron esa actitud como una devolución de gentilezas por la triple fuga de General Rodríguez cuando los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schilacci terminaron recapturados por la santafesina, que se llevó los laureles por terminar con quince días de la persecución más mediática conocida hasta el momento.
Pero con Salomón, la Federal y la Santafesina fumaron la pipa de la paz y el operativo fue conjunto, aunque, al cierre de esta edición, continuaban los allanamientos.
La información que giraba en torno de las circunstancias de la detención era escueta.
Salomón, conocido también como Gordo Cacho, fue detenido en una vivienda ubicada en Hernandarias al 900, en Lomas del Mirador, partido de La Matanza. El integrante de la banda de Los Monos estaba prófugo desde hace tres años.
En la vivienda en la que lo arrestaron había otras dos personas que quedaron a disposición de la Justicia bonaerense pero que no están vinculados con las investigaciones que se tramitan en Rosario sobre Salomón.
La Policía encontró dos armas de guerra y una máquina de contar billetes. Y nada más.
La captura se produjo a través de un exhorto enviado por la jueza de instrucción Alejandra Rodenas. Sucede que Salomón es una de las personas sospechadas en la llamada megacausa Monos, que en realidad empezó con la investigación de la muerte de Martín Paz (en setiembre de 2012), de la mano del juez Juan Carlos Vienna, pero nunca se logró encontrar al asesino. Sin embargo sí se logró establecer, al menos en la etapa de instrucción, que los miembros de la banda de Los Monos eran parte de una asociación ilícita con fines indeterminados. Es que si se mencionaba el narcotráfico como actividad la investigación hubiese ido a parar a la Justicia Federal.
Fuentes de la investigación confiaron que estaban tras sus pasos “desde hacía meses”. Las tareas de inteligencia se aceleraron el fin de semana y ayer apresaron a Salomón, que estuvo prófugo tres años. Será indagado mañana por Rodenas.
Dos motivos para no volver
Marcelo Piercecchi, abogado defensor de Salomón, viajó anoche a Buenos Aires para encontrarse con su cliente que se espera sea trasladado hoy a Rosario. El letrado dijo ayer que desconoce si Salomón está requerido en otra investigación además de la megacausa Monos, y explicó a El Ciudadano los motivos por los que no se había presentado ante la Justicia.
“Convengamos que el juez que instruyó la causa estuvo muy cuestionado, fue investigado y denunciado por otros colegas. No estaban dadas las garantías suficientes para mi cliente y dudamos de imparcialidad del juez”, dijo Piercecchi en relación con Juan Carlos Vienna, quien instruyó una controvertida investigación a partir de un homicidio que nunca se esclareció. “Nunca tuvimos un juez imparcial. De hecho, cuando tomamos conocimiento de que la causa la tomó Alejandra Rodenas empezamos las negociaciones para presentarlo”, aclaró.
Otro motivo que mantuvo a Salomón alejado de los Tribunales fue que estaba amenazado de muerte en Rosario, por el padre de una víctima. Según su abogado, existen “dos denuncias penales desde 2013 que realizó su madre porque lo querían matar. Es obvio que tenía temores de presentarse ya que el padre de una de las víctimas le dijo a varias personas que donde lo viera lo mataba”, explicó.
El perfil del Gordo Cacho, el amigo del Pájaro
Cada día el Gordo Salomón llegaba desde su casa de Santiago al 5100 y se sentaba con sus compañeros de causa ante el tribunal en el juicio por el crimen del adolescente Walter Cáceres: el Pájaro Cantero, el Bola Marchetti, el Chino Fleitas. Asistía al debate en libertad, acusado como partícipe secundario de homicidio agravado, a diferencia del trío restante, que enfrentaba la imputación de la autoría material de aquella emboscada sobre el micro de Newell’s que volvía de Buenos Aires con la barra leprosa en febrero de 2010.
De Salomón se sostenía que monitoreó el paso del micro desde el arroyo del Medio hasta barrio Las Flores. La mañana del día de la sentencia, el 21 de diciembre de 2011, las cosas cambiaron. Salomón terminó detenido en otra causa, por ser reducidor de una banda de escruchantes, y sus compañeros salieron en libertad al escuchar la absolución para el cuarteto.
La causa por la banda de escruchantes que entre otros había robado un domicilio de Oroño al 1300 la instruyó el juez Juan Carlos Vienna, quien procesó al Gordo por encubrimiento. Por entonces, Mariano Germán Salomón tenía 34 años y acumulaba antecedentes por delitos leves, e excepción del homicidio: encubrimiento de estafa, estafa, encubrimiento de hurto y una acusación por el artículo 296 del Código Penal: “El que hiciere uso de un documento o certificado falso o adulterado, será reprimido como si fuere autor de la falsedad”.
Vienna es el mismo juez que puso en la mira al clan Cantero en la causa por asociación ilícita que se inició en septiembre de 2012 tras el crimen de Martín “Fantasma” Paz. El padre del Fantasma, Luis Paz, el mismo que viajó con el magistrado a un par de combates boxísticos a los Estados Unidos, declaró en la causa por el crimen de su hijo, aún impune: “También había otro de nombre Mariano Salomón, que le dicen el Gordo, que no es gitano pero está casado con una gitana de la que no sé el nombre”, y que “Salomón era amigo del Pájaro y también integrante del grupo de los Cantero”. Cuentan allegados al Pájaro, cuya última pareja fue Mercedes Paz (hija del mismo Luis Paz) que el Gordo era la mano derecha del mayor del los Cantero, asesinado en mayo de 2013: “Le hacía de chofer pero más como una excusa para estar siempre con él que otra cosa”. Incluso aquella madrugada en que el Pájaro fue asesinado estuvieron juntos en una estación de servicios de zona sur, aunque el Gordo no fue hasta el boliche Infinity Night donde le tendieron una fatal emboscada a su amigo. Pero también Salomón es muy allegado a Monchi Cantero, lo que muestran fotos del dúo de gira por la costa atlántica o en el exterior, siguiendo a Newell’s. Y también la pesquisa que puso tras las rejas a los dos en las últimas semanas: la comunidad gitana de la zona oeste de la Capital Federal y el sudoeste del conurbano pudo haber brindado parte de la logística para que ambos se mantuvieran prófugos más de tres años. Según la investigación de Vienna, Salomón era uno de los encargados de inyectar dinero mal habido en inversiones de los Monos, especialmente con la compra y venta de autos, la actividad principal del Gordo desde muy joven: incluso tuvo una concesionaria hasta 2009. Ahora deberá enfrentar la acusación como partícipe de asociación ilícita. Le atribuyen tener su nombre en la denuncia de venta de un Volkswagen Bora secuestrado frente a la casa de la madre del Pájaro, en barrio La Granada el día del megaoperativo que comenzó a desarticular la banda: el 31 de mayo de 2013. Ese vehículo pertenecía a Gustavo Miguel, alias Masacote, encausado como líder de una banda de secuestros virtuales que semanas atrás falleció en su lugar de detención, horas antes de firmar un abreviado.