Un milagro. Eso fue lo que ocurrió este mediodía en el macrocentro de la ciudad. Es que un niño salvó su vida cuando la pared de su dormitorio, en el séptimo piso de un edificio de Balcarce al 137 bis, se desmoronó sobre su habitación a raíz de las maniobras que se hacían en una obra en construcción lindera. Tras el hecho, personal de la Guardia Urbana Municipal procedió a la clausura del edificio de donde se desprendió la medianera.
Según los primeros testimonios, una hormigonera industrial enviaba hormigón al enconfrado de un edificio en construcción desde la calle hacia las alturas. Uno de los armazones, lindero al dormitorio del niño, cedió y provocó el desmoronamiento de la medianera. ¿Por qué se salvó? Segundos antes el nene se había levantado de su cama a buscar un vaso de agua a la cocina.
Según relató a Radio Dos su mamá, Florencia, Juan llegó de la escuela pasado el mediodía y fue a su cuarto a descansar; el ruido de la obra lindera era muy fuerte, una molestia a la que ya se habían habituado. Cuando el niño se levantó de la cama a servirse un vaso de agua escucharon un estruendo. Cuando observaron lo que había sucedido el panorama era dantesco: una pared se había desmoronado sobre la cama y los muebles. Ladrillos se mezclaban con juguetes y había varios destrozos.
Vecinos de esa cuadra relataron a El Ciudadano que la impresión que les daba la obra, además de los ruidos que debían soportar cada mañana, era la de un apresuramiento inusual en su construcción, presagio que se materializó este mediodía en un siniestro que de milagro no fue tragedia.
Los problemas en la construcción del edificio no se limitaron a este episodio, dijeron vecinos. Anteriormente, en un hecho de mecánica similar, un tapial de la planta baja fue derribado por accidente, siniestro de gravedad pero que no pasó a mayores.
Tras el siniestro, la Guardia Urbana se hizo presente y canceló la obra de forma temporal.