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Cayó otro sospechoso por el crimen del Maxi Rodríguez

Tiene 18 años. No se resistió al arresto y afirman que en su indagatoria brindó una coartada “creíble”. Quedó detenido.

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Un joven de 18 años fue detenido ayer en el marco de la causa que investiga la muerte de Maximiliano “Quemadito” Rodríguez, un joven de 26 años asesinado el pasado 5 de febrero en avenida Pellegrini y Corrientes de un certero tiro en la cabeza a corta distancia. Por el crimen de ribetes mafiosos que aparece emparentado con la interna de la barra brava de Newell’s y la venta de estupefacientes ya hay dos hombres tras las rejas que fueron procesados por el juez de Instrucción Javier Beltramone, quien les imputó homicidio triplemente calificado, en una resolución que fue apelada por las defensas de los dos muchachos, apodados Chuno y Porteño, de 26 y 22 años.

Ayer, una cuadrilla de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) concretó la detención de Leandro A., de 18 años, en una vivienda de Bauman Lía (ex pasaje 1737) al 7700, en la zona oeste de la ciudad. El joven no ofreció resistencia y en horas de la tarde brindó una extensa declaración indagatoria, donde expuso una coartada “creíble”, según describió y un vocero del expediente.

Por ahora, el muchacho permanecerá detenido por su presunta participación en el crimen, aunque fuentes judiciales se reservaron brindar información sobre cuáles son los elementos que lo involucran con el asesinato.

La causa se encuentra con “numerosa ejecución de prueba”, dijo un vocero tribunalicio, entre las que se cuentan variados testimonios, como el del actual líder de la barra leprosa, Diego “Panadero” Ochoa, o el de la procesada Sofía Laffatigue, quien era concubina del Quemadito y presenció su brutal ejecución.

De hecho, la joven, que llama la atención por sus 19 años y exuberante belleza, fue la primera detenida en la causa al ser imputada por “encubrimiento”, por su reticencia a colaborar con el esclarecimiento del crimen. Por este tema, la joven pasó tres semanas tras las rejas hasta que finalmente le concedieron un arresto domiciliario, aunque continúa vinculada con la caso.

El Quemadito le había escapado a la muerte en varias oportunidades. La más cruenta fue el 1º de enero de 2012 cuando recibió varios disparos, uno de ellos en la cabeza, mientras conducía su BMW por la zona sur de la ciudad. Fue este ataque el que terminó con una venganza en manos de su padre, quien según el fallo de procesamiento que lo mantiene preso acribilló a tres militantes en Villa Moreno.

Tras recuperarse, Maxi Rodríguez fue detenido por un hecho que había ocurrido días antes, cuando Facundo Osuna recibió ocho disparos en las piernas. Pero mientras avanzaba con lentitud la causa judicial, Osuna fue asesinado y el Quemadito recuperó la calle.

Luego de abandonar la cárcel de Piñero en el mes de diciembre, sufrió un nuevo ataque a tiros en la puerta de la casa de su suegra (el 29 de enero) que lo dejó en muletas. Nueve días después, un certero tiro en la cabeza mientras caminaba con su novia lo apagó para siempre.

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