La Policía recapturó al único fugitivo que permanecía prófugo tras la fuga ocurrida en febrero pasado en la comisaría 10ª de Rosario. Se trata de Gustavo Silva, localizado este lunes por efectivos del Comando Radioeléctrico, casi dos meses después del escape masivo de internos en la dependencia policial ubicada en la zona norte.
La detención del joven se concretó aproximadamente a las 20 horas, luego de que una llamada anónima alertara sobre su ubicación en la zona oeste de la ciudad. La denunciante aportó información clave sobre el domicilio donde se encontraba Silva, detallando que era una vivienda con fachada azul situada cerca de la colectora de la autopista Rosario-Córdoba.
De inmediato, personal policial montó un amplio operativo en las inmediaciones de Chaparro al 1600. Cuando los agentes llegaron al lugar, Silva intentó escapar nuevamente, desplazándose por los techos de casas vecinas. Sin embargo, los uniformados lograron cercar la zona rápidamente gracias a la descripción brindada sobre su vestimenta —remera azul y short—, y finalmente concretaron la detención.
Según indicaron fuentes de seguridad, Gustavo Silva se encontraba en la vivienda de su padrastro cuando fue localizado. El procedimiento se llevó a cabo sin necesidad de entrevistas previas con los habitantes del domicilio, dado que el fugitivo comenzó a huir apenas advirtió la presencia policial.
Silva tenía pedido de captura vigente desde el pasado 12 de marzo, debido a la fuga del 28 de febrero. Antes de ese episodio, el joven había sido detenido originalmente el 15 de enero, en el marco de una investigación por narcomenudeo.
El escape ocurrió durante la madrugada del 28 de febrero, alrededor de las 3.30 horas, cuando seis internos lograron salir por un agujero en las rejas ubicadas en el techo de la seccional 10ª, ubicada en calle Darregueira al 1100. Durante el operativo inmediato realizado por las fuerzas policiales, cinco de los fugados fueron rápidamente detenidos, tres en el patio frontal de la comisaría y dos más a escasas cuadras, en la calle Chiclana al 1200. Solo Silva logró evadir la recaptura en esa ocasión.
Además, la fuga provocó una protesta interna por parte de otros reclusos alojados en la misma dependencia. La tensión se mantuvo hasta aproximadamente las 7 de la mañana, momento en el que se confirmó oficialmente que un preso había conseguido fugarse.
Posteriormente, para evitar nuevas fugas y reducir la sobrepoblación carcelaria, el gobierno provincial trasladó ese mismo día a 53 internos hacia distintas unidades penitenciarias provinciales, descomprimiendo así la situación en la comisaría 10ª, cuya capacidad máxima es para 20 detenidos.
Fuente: Versión Rosario