“Cayó la Gorda Daniela”, dijo un vecino de la zona de Lamadrid y Grandoli en relación al operativo que se realizaba a pocos metros del lugar, en una vivienda sellada con una reja negra que sólo interrumpe una pequeña ventana. Momentos antes, un allanamiento realizado por la Policía antinarcóticos había irrumpido en el domicilio de la mujer de 39 años y secuestrado una importante cantidad de panes de cocaína y marihuana, además de bochas fraccionadas para la venta, una balanza digital y dinero.
Los uniformados dijeron desconocer “la línea superior” que habilitaba la droga, aunque en el barrio la información corría como pólvora: varios vecinos aseguraron que la Gorda Daniela es “soldadito” de un importante narco rosarino que actualmente se encuentra tras las rejas, y a quien atribuyeron ser el distribuidor más grande de la zona sur.
La de ayer fue una mañana atípica para los vecinos del Fonavi ubicado en el corazón de La Tablada. Alrededor de las 9 el vecindario fue copado por gran número de policías federales, movilizados en varios vehículos y fuertemente armados, aunque el nuevo paisaje no despertó mucho asombro. “Están allanando lo de la Gorda Daniela”, dijo un señor parado en la esquina, en referencia al operativo que se llevaba adelante en una vivienda ubicada en la continuación de bulevar Olegario Víctor Andrade, unos 50 metros pasando Grandoli al este.
Allí fue detenida Daniela, de 39 años, quien hacía un tiempo era investigada por el Juzgado Federal Nº 3 por la comercialización de estupefacientes. Luego de varias tareas investigativas que incluyeron agentes encubiertos, una brigada operativa a cargo de Gonzalo Paz, titular de la Brigada Rosario de la Dirección de Prevención y Control de Adicciones (ex Digedrop), realizó el allanamiento y la posterior detención de la mujer, que según los voceros se encontraba sola en su domicilio y no ofreció resistencia.
Una montaña de bochas de cocaína listas para la comercialización y otro tanto de marihuana eran contadas por los uniformados en el interior de la vivienda, en el mismo espacio en el que le tomaban las huellas dactilares a la mujer imputada y dueña de casa.
Voceros del caso indicaron que en total se incautaron 5,8 kilos de marihuana: 2,3 kilos en panes y 3,5 kilos repartidos en 700 bochas de 5 gramos cada una. Además se secuestraron 2 kilos de clorhidrato de cocaína; 1,6 kilos en una bolsa y los 400 gramos restantes fraccionados en bochas de un gramo.
En el lugar también se incautó una balanza digital, 1.100 pesos de dinero en efectivo, un celular y dos cuadernos con anotaciones que contienen referencias a la comercialización de estupefacientes, dijo un vocero. Entre los elementos secuestrados sobresalían dos macetas con pequeños tallos verdes, con inconfundibles hojas de marihuana.
Un vocero del caso indicó que Daniela era la única que se encontraba en el domicilio en el momento del allanamiento, aunque allí vivía junto a sus dos hijos. Las mismas fuentes dijeron que la mujer no ofreció resistencia una vez que los uniformados tumbaron la puerta, a las 9 de ayer.
De acuerdo a los voceros, la mujer no posee antecedentes penales en la Justicia federal, aunque sí tendría prontuario por delitos que tienen jurisdicción provincial.