En pleno desarrollo del coloquio empresarial de Idea, el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) detalló sobre las ganancias que perciben y los costos que afrontaron durante los últimos años las 500 empresas más importantes de Argentina. La exposición de los datos en simultáneo al simposio de ejecutivos no es casual, y tiende a contrarrestar la lógica de que durante gobiernos peronistas las ganancias tienden a caer y los costos a elevarse. Los datos exponen más bien lo contrario.
El foro empresarial que se llevó adelante estos últimos días bajo el eslogan “Ceder para crecer” suele condensar discursos que apuntan a la presión impositiva, el costo laboral y a los gobiernos de centroizquierda como obstáculos en la facturación de las grandes corporaciones. Desde Cepa, no casualmente, eligieron este momento para brindar detalles sobre las ganancias empresariales a lo largo de la última década, marcada por gobiernos de distinto color político.
Una de las primeras conclusiones que arroja el informe es que la cúpula empresarial de las 500 más grandes del país facturó más en ventas durante el gobierno de CFK que durante el gobierno de Mauricio Macri. Durante el período 2012- 2019, en promedio, la facturación alcanzó los USD 240.334 millones por año. En el periodo 2012-2015, se destaca que el promedio de facturación asciende a USD 258.767 millones, y contrasta con los ingresos de la etapa 2016-2019, donde suman USD 221.901 millones.
Por otra parte, el centro de estudios se dedicó a estudiar la carga impositiva y el denominado costo laboral sobre las ganancias. En ese sentido, expusieron que para el período 2012-2019, el porcentaje de impuestos sobre ventas para las 500 empresas alcanza apenas el 11,2%. Si sólo se observan cinco de las más importantes (Arcor, Molinos Aluar, Ledesma y La Anónima) el promedio baja a un 5,3% (2017 a 2022).
En tanto, indicaron que el costo laboral no sufre grandes cambios en los últimos diez años. Para el período 2012-2019 se mantiene en 14,8% sobre ventas para la cúpula de las 500. “Un porcentaje que difícilmente pueda constituir un impedimento a la actividad empresarial y a la contratación laboral”, indicaron. De hecho, este porcentaje se ubicó en promedio en 14,8% entre 2012-2015 y en 14,7% para el periodo 2016/2019, con una mayor caída en el año 2019 con un 12,8% anual.
Pero el corte no se limita a 2019 y busca indagar sobre lo sucedido durante el gobierno de Alberto Fernández. Incluso y a pesar de la pandemia de 2020, los resultados de 2022 son más que abultados: se registra una mejora de rentabilidad en dólares entre 50 y 60% en 2022 respecto de 2021 para una muestra compuesta por distintos casos (tales como Arcor, Aluar, Ledesma, La Anónima, Ternium o PAE).
Son algunos datos puntuales que buscan desterrar la idea de que durante gobiernos peronistas predomina un mal clima de negocios, o pérdidas empresariales, o una carga impositiva superior a la de otros gobiernos. El coloquio de Idea es un espacio en el que la cúpula empresarial se siente en un ámbito confortable como para manifestar que “combate” la inflación remarcando incesantemente o que no necesita del Estado, cuando en realidad son sectores que se benefician constantemente de exenciones o regímenes impositivos promocionales.
Lo que realmente ganan
Más allá de la facturación que tuvieron las empresas en cada período, el informe de Cepa detalló sobre las utilidades, es decir, la diferencia entre los ingresos y todos los costos y gastos en los cuales se incurrió durante ese período. En otras palabras, lo que se quedaron las empresas, lo que ganaron realmente.
En el periodo 2012-2019, y según los últimos datos disponibles, el promedio de utilidad de las primeras 500 empresas fue de USD 18.549 millones, destacándose que entre 2012-2015 el monto promedio asciende a USD 21.063 millones, sensiblemente mejor al promedio de la etapa 2016-2019, cuyo promedio fue USD 16.035 millones.
“En otras palabras, en los últimos cuatro años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, estas empresas obtuvieron una utilidad anual en dólares muy superior a todos los años de la gestión de Mauricio Macri, salvo el año 2018 que se ubica a la par de estos, y con fuerte caída en el 2020 en el marco de la pandemia mundial que afecta la actividad económica y retrae, en parte, los promedios que se venían sosteniendo anteriormente”, sostuvieron desde Cepa.
Mientras tanto, al observar la rentabilidad de las empresas, que mide la relación de la utilidad o ganancia obtenida y la inversión realizada para conseguirla, detectaron que el promedio de los ocho años que van del 2012 al 2019 es de 7,5%, ubicándose en la etapa 2012-2015 por encima de ese valor, con 9,1% promedio, y por debajo en el caso de 2016-2019, cuando desciende a un 5,9%.
Respecto al apartado impositivo, el grupo de economistas exhibió que si se analiza qué ocurre con las 500 empresas más grandes del país, se puede observar con atención que el promedio de impuestos sobre ventas alcanza apenas el 11,2%10 entre 2012 y 2019, y si, además, se divide en cada subetapa de gobierno, se evidencia la reducción que se produce entre el promedio de 12,1% registrado en la segunda gestión de Cristina Fernández de Kirchner, y el 10,2% del periodo encabezado por Mauricio Macri, con claro beneficio para los grandes grupos empresariales.
Otro argumento que se suele plantear de parte de los grupos empresariales y sus entidades representantes tiene que ver con un cuestionamiento respecto de la “carga” que conllevan los “altos” costos laborales del mercado de trabajo argentino. El estudio puso de manifiesto que el costo laboral promedio entre 2012-2019 fue del 14,8%. “En porcentaje que difícilmente pueda constituir un impedimento a la actividad empresarial y a la contratación laboral”, señalaron. Este porcentaje se ubicó en promedio en 14,8% entre 2012-2015 y en 14,7% para el periodo 2016/2019, con una mayor caída en el año 2019 con un 13% anual.
“Este año el Coloquio se denomina muy sugerentemente «Ceder para crecer” y luego de un bienio que seguramente cerrará con importantes ganancias (2021-2022) de parte de los principales grupos económicos del país, cabe interrogarse: ¿quién debe ceder para crecer?”, concluyeron desde Cepa.