Central es uno de los tres equipos de esta Superliga que no perdió en las primeras siete fechas. Sin embargo, los auriazules no pueden disfrutar a pleno de este privilegio que comparten con el líder del torneo, Boca, y con el escolta, Argentinos Juniors. Es que, a pesar de mantenerse invictos, los dirigidos por Diego Cocca acumulan cinco empates consecutivos. Y es esa falta de triunfos la que les impide mejorar la sumatoria en la tabla de promedios, donde el Canalla no consigue salir de la zona roja.
En esta coyuntura, en la que se empieza a extrañar el sumar de a tres puntos, se generó cierta inestabilidad. Y aunque por ahora se trata sólo de rumores, desde distintos sectores del Mundo Central se cuestiona la tarea de Cocca. Y flota la sensación de que el DT auriazul parecería estar obligado a conseguir un triunfo cuanto antes.
¿Hay plazos? Nadie lo afirma, pero desde la dirigencia centralista esperan que el equipo se reencuentre con la victoria en alguno de los próximos dos partidos. De lo contrario, lo que hoy son comentarios en voz baja podrían convertirse en reclamos y presión real para Cocca que, de cara al futuro cercano, empieza a depender de los resultados antes que de los rendimientos del equipo.
Jugadas siete fechas, el invicto canalla cuenta con baja cotización en el mercado de valores de la Superliga. Y el concepto vale para la tabla general, pero especialmente para el escalafón que más preocupa, el de los promedios. La seguidilla de empates devaluó la sumatoria, eso es indiscutible.
Entre distintas cuestiones, parte de lo que le disminuye valor a alguno de esos empates es que tres de ellos fueron ante rivales directos de los auriazules en la pelea por la permanencia; y que dos se disputaron en el Gigante. En Arroyito, Central no pudo ni con Patronato ni con Newell’s (fue 1 a 1 ante ambos). Y tampoco en Santa Fe visitando a Colón (también 1 a 1).
La sumatoria auriazul en el torneo sigue siendo buena. Son 11 puntos en caja sobre 21 posibles, lo que marca una eficacia que está apenas por encima del 50 por ciento. Sin embargo, la seguidilla de partidos sin triunfos, la imposibilidad de escaparle matemáticamente a la zona roja de la tabla de promedios y la preocupante baja perfomance ofensiva del equipo en los últimos dos encuentros completan un combo que atenta contra cualquier análisis optimista de la situación.
Lo que está en discusión del ciclo Cocca no tiene que ver con su forma de trabajo, ni con el manejo del plantel. Mucho menos con la elección de los refuerzos que llegaron. Sí se les apunta a los pobres rendimientos recientes y a la falta de victorias. El equipo se ha vuelto predecible en ataque y todavía no cuenta con una identidad definida de juego.
Para empezar a cambiar esta realidad Cocca y Central necesitan un triunfo. Y antes del parate que obliga la próxima fecha Fifa, los auriazules se medirán en Arroyito ante Racing, el domingo 29 de setiembre, y frente a Lanús en Buenos Aires, el domingo siguiente. Ganar uno de esos dos enfrentamientos servirá para aplacar críticas. De lo contrario, y aunque sostenga el invicto, nadie puede asegurar que Cocca se mantendrá firme en el cargo.