Jorge Broun no se escondió. Después del grueso error cometido el lunes pasado en la acción previa al segundo gol de Guillermo Brown de Puerto Madryn, el arquero canalla dio la cara. Y fue ayer, al término del entrenamiento que se desarrolló por la mañana en el country de Arroyo Seco. Allí, antes de retirarse del predio, Fatura reconoció su yerro y salió al cruce de las críticas.
Más allá de la equivocación del lunes, Broun no cree que la relación con el hincha esté rota. Y si bien se mostró confiado de mantenerse entre los titulares, dejó en claro que con Juan Pizzi “todavía no hablamos del tema”.
Dolido por la falla cometida, el arquero no se siente más observado por los hinchas que el resto de sus compañeros. Y tampoco se considera “canchero” por cómo resuelve algunas situaciones de juego, tal como critican desde algún sector del público auriazul.
—¿Cómo estás después de lo que viviste el lunes por la noche?
—La verdad es que estoy dolido por lo que pasó. Por eso trato de olvidar lo más pronto posible lo sucedido para encarar esta semana de trabajo de la mejor manera.
—¿Qué pasó en la jugada del segundo gol de Guillermo Brown?
—Recibo un pase hacia atrás de Ricky (Gómez), paro la pelota y cuando la quiero rechazar le pego mal, no hay vuelta que darle.
—¿Cómo tomaste la reacción de la gente en la cancha, que desde el momento del error reprobó cada intervención tuya?
—Fue feo, pero entendible. Lo que pasa es que, en los papeles, era un partido accesible, y se nos complicó por ese gol. Por eso uno entiende la reacción, porque sabe bien cómo es esto. No estoy enojado ni nada que se le parezca, todo lo contrario. Fue un error mío, pero no creo que se haya roto la relación con la gente. Fue ese momento, y creo que tiene que ver con cómo estaba el partido, nada más.
—¿Cuál es tu sensación, de bronca, de ganas de tomarte revancha?
—Seguro. Tuve bronca. Pero con el apoyo de mis compañeros y de los seres queridos que tengo cerca, fui levantando el ánimo. Ahora estoy bien, el partido quedó atrás. Y si bien se nos escaparon dos puntos, la campaña sigue siendo buena. Si antes de empezar el torneo nos decían que íbamos a tener 11 puntos sobre 18 en juego, cualquiera de nosotros lo firmaba. Además, estamos a dos puntos del puntero y falta un montón por jugarse.
—¿Querés una rápida revancha?
—Eso pasa siempre. Uno enseguida quiere jugar, más allá del resultado o de cómo te vaya.
—Después del error, ¿hablaste con el técnico o con Hernán Castellano (NdR: entrenador de arqueros)?
—No, todavía no hablamos nada. Con mis compañeros sí, desde que terminó el partido me apoyaron en todo.
—¿Entenderías a Juan Pizzi si decide reemplazarte?
—Seguro. Pero esa es una decisión que debe tomar el técnico, uno no se mete en eso. Uno trata de hacer lo mejor. Si me reemplaza, respaldaré al Melli (Manuel) García, que además es un amigo. De todos modos, no hay por qué hacer tantas suposiciones cuando acá no hay nada definido. Hay que esperar, pero uno está tranquilo porque sabe que se trata de un error, nada más.
—¿No tenés la sensación de que la gente evalúa tu trabajo de manera especial, o con más detenimiento que al resto de tus compañeros?
—No, no lo veo ni lo siento así. Creo que la gente me trató bien siempre, y no tengo nada que recriminarle a nadie. No me siento observado en forma particular .
—Algunos hinchas te critican porque creen que “canchereas” en algunas jugadas. ¿Te parece que es así o esto tiene que ver con tu personalidad?
—Puede ser que tenga que ver con mi personalidad. El tema es que, cuando las cosas van bien, ese tipo de intervenciones transmiten seguridad al resto. Pero cuando no salen bien, aparecen estas críticas. Esta es mi forma de ser y mi forma de atajar, y tal vez por eso estoy atajando en el club más importante de la Argentina. Si en este tiempo se habló varias veces de que había clubes interesados en mi pase, será porque lo que estoy haciendo tan malo no es.
—¿Lo del otro día fue tu peor momento con la gente de Central?
—Puede ser. Uno lo sintió, pero insisto en que lo entiendo.