Se despidió de la lucha por el título con la frente en alto. Más allá que las matemáticas lo sigan dejando con algo de chances, Central dejó pasar la última oportunidad de pelear por la corona. Pero lo hizo dejando todo. No se guardó nada. Debió reponerse de un gol a los 15 segundos de juego y lo hizo con personalidad. Con entrega. El Canalla empató en dos con San Lorenzo, pero es una igualdad que huele a derrota.
Aún no se habían acomodado que Central debió sacar del medio. En sólo 15 segundos Villalba ajustició a Caranta, tras un gran pase de Elizari. San Lorenzo hizo fácil, de la nada, lo más difícil.
Igualmente el Canalla no sintió el golpe. Ahí demostró carácter de sobra. Personalidad para salir adelante. Anticipó, jugó y fue superior al rival. Sin generar peligro, pero con una gran convicción para revertir el resultado.
Larrondo y Ruben fueron contra todos y siempre complicaron. El equipo de Coudet tuvo la capacidad de manejarle la pelota, quizás, al mejor doble cinco del fútbol argentino compuesto por Ortigoza y Mercier. El tanto de penal de Ruben fue un verdadero premio para Central porque nunca bajó los brazos .
En la parte final San Lorenzo se animó un poco más que en el primer tiempo y el partido se hizo de ida y vuelta. Con mucho vértigo. Claro, la igualdad no le servía a ninguno de los dos. En ese momento Coudet metió uno de sus volantazos y mandó a Cervi en lugar de Fernández. Para ir a ganar el partido. La apuesta le salió perfecta. El juvenil mandó el centro que Larrondo le bajó a Ruben, para el que el delantero pusiera el 2-1. San Lorenzo, urgido por la igualdad fue con lo que pudo. Y un mal cálculo de Gómez Andrade le privó al Canalla el triunfo. Mas lo aprovechó y Blanco fusiló la resistencia auriazul.
Tras la segunda igualdad lo dos fueron, pero ya no tenían las mismas energías. San Lorenzo festejó el empate como un triunfo. Central lo sintió como una derrota y se despidió del título con la frente bien alta.