Que lejos que está éste Central Córdoba de Marcelo Vaquero de aquel que conducía Vivas a finales de la temporada pasada, el mismo que terminó ganando el reducido y que cayó de pie ante Los Andes en la Promoción.
El equipo que salió ayer a escena ante Excursionistas no es más que una sombra de lo que supo ser hasta no hace mucho. Cero ideas, cero iniciativa…cero en todo. Como el resultado, justo por donde se lo mire.
Y eso que chances de gol no faltaron. Tampoco sobraron, pero posibilidades para abrir el marcador hubo, sobre todo en el segundo tiempo.
De todas maneras, la más clara de todos estuvo en la primera mitad. Al Charrúa le costó entrar en sintonía y la visita manejó algo mejor la pelota, hasta que una corrida de Lescano sacó del letargo a todo el Gabino Sosa.
El Tate aprovechó un descuido de la defensa y quedó mano a mano con el arquero, pero su remate se estrelló en el palo y salió desviado. Ni esa…
Ante la alarmante falta de juego, Vaquero movió sus piezas y mandó a la cancha a Alejandro Fiorina para el arranque del complemento en lugar del intrascendente Taborda. El Flaco le imprimió más movilidad al equipo, pero Excursio se metió aún más atrás y la historia siguió siendo la misma.
Encima el árbitro Pablo Giménez, de pésimo desempeño, omitió un penal clarísimo sobre el ingresado Salinas en un momento clave del partido, cuando Córdoba tenía arrinconado al rival.
Si bien el error del juez terminó siendo decisivo en el resultado, lo cierto es que Central Córdoba volvió a dejar una flojísima imagen ante su gente, que ayer se despidió por completo de la lucha por la punta y ya piensa en el reducido.
