Sigue sumando derrotas. No logra convertir un gol por su falta de definición. Cada pelota parada en contra la sufre más que un penal. Esas son algunas características que se pueden mencionar de este preocupante arranque de temporada que tiene a Central Córdoba en el fondo de la tabla.
Es que el Charrúa volvió a caer, esta vez en casa ante Laferrere por 1-0 (gol de Nicolás Pizarro a los 23 minutos de la primera parte) y no revierte el inesperado presente que atraviesa.
Los de Claudio Pochettino acusan cada golpe como si fuera de nocaut, porque ante el Verde había arrancado muy bien, con llegadas claras, pero no convirtió. Y la visita anotó en la primera que tuvo y luego cuidó el resultado.
Las expulsiones fueron la pimienta que tuvo el cotejo desde el final del primer tiempo hasta el epílogo, donde el árbitro Sebastián Zunino nunca pudo llevar las riendas con firmeza.
La próxima parada será el Francisco Boga de Burzaco, a donde llegará Central Córdoba para medirse ante San Martin, en búsqueda de quebrar la racha de caídas (son cuatro contando el 0-4 ante Estudiantes por Copa Argentina) y de una vez por todo poder convertir, ya que acumula 450 minutos desde el gol que anotara Cristian Yassogna sobre Urquiza a los 47 del complemento en el cotejo de ida por las semifinales del reducido pasado.
El presente del Matador es tan impensado como preocupante. Y deberá revertirlo pronto.