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Central dejó otra pobre imagen: Independiente se lo dio vuelta en el Gigante

“Que se vayan todos; que no quede, ni uno solo”. El mensaje, de sentido inequívoco, bajó desde las tribunas del Gigante durante los últimos minutos del partido. El hincha de Central perdió la paciencia. Y entregó una señal de cara a lo que viene

“Que se vayan todos; que no quede, ni uno solo”. El mensaje, de sentido inequívoco, bajó desde las tribunas del Gigante durante los últimos minutos del partido. El hincha de Central perdió la paciencia. Y entregó una señal de cara a lo que viene. Es que la derrota sufrida a manos de Independiente en Arroyito fue el corolario de una Superliga para el olvido. Con secuelas indelebles para los auriazules. Ya no hay chance de mejorar. La baja sumatoria de puntos lograda en este torneo, 26 sobre 75 posibles, obligará al Canalla a pelear por la permanencia en la próxima temporada.

El nuevo verdugo de Central fue Independiente, que encontró en la jerarquía de sus jugadores y la intensidad de su propuesta futbolística las razones para constituirse en inobjetable vencedor.

Como sucedió casi a lo largo de todo el torneo, los de Arroyito tuvieron problemas para generar situaciones de gol. Hubo poco juego asociado, otro factor común de esta pobre campaña. Y también faltó capacidad, tanto física como estratégica, para sacar provecho de los pocos momentos favorables que dispuso el equipo en el partido.

Independiente impuso condiciones desde el arranque mismo del encuentro. Empujado por la dinámica de sus volantes, el Rojo manejó la pelota. Y, a partir de una efectiva presión alta, se instaló en campo auriazul. En ese escenario favorable, el visitante generó situaciones de gol. Pero, ya sea por falta de puntería o por intervenciones de Ledesma, no capitalizó su momento.

Con el correr de los minutos, Central mostró una postura más agresiva y emparejó el trámite. De todos modos, el equipo de Cocca sólo inquietó a partir de la gambeta de Lovera. Y, con ese casi único argumento ofensivo, prácticamente no llegó hasta el arco del uruguayo Campaña.

Sin embargo, el Canalla fue el que abrió el marcador. Fue a los 31, cuando Zampedri fue a buscar una pelota dentro del área y chocó con Bustos. Echenique vio penal y Ortigoza lo cambió por gol.

Pero la alegría auriazul duró poco. Pablo Pérez a los 39 y Martín Benítez a los 45, aprovecharon errores del local para dar vuelta la historia y llevarse la ventaja al vestuario. Fue un momento desconcertante de Central, que nunca mostró capacidad para manejar el partido, ni siquiera cuando lo ganaba 1-0.

Para el complemento, el Canalla trató de imponerse desde la agresividad. Pero esta vez, a diferencia del primer tiempo, no mostró la capacidad física necesaria como para lograrlo. Así, fue Independiente el que empezó a gozar de cierta comodidad para manejar el trámite.

Recién a los 28, en la búsqueda de conseguir mayor presencia ofensiva, Cocca mandó a la cancha a Herrera por el improductivo Ortigoza. El chaqueño se instaló en ataque con Zampedri y Lovera se retrasó para jugar de enganche. Pero la nueva fórmula tampoco entregó dividendos. Central siguió sin generar en ofensiva.

Hasta el final del partido, el local sólo inquietó al Rojo con alguna pelota detenida. Y, como contrapartida, fue el visitante el que dispuso de un par de chances para ampliar la ventaja. Pero no las aprovechó y sólo por eso, y no a partir de la producción futbolística, el Canalla estuvo a tiro del empate hasta que concluyó el encuentro.