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Central en caída libre

Por: Gabriel Pennise.- Omar Palma o cualquiera da igual, futbolísticamente no hay respuestas. Sólo los números le dan una poco probable chance de vida.

Cualquiera se le anima, esa es la realidad que vive Central. Y ya no importa el técnico que tome el equipo, en definitiva se tendrá que acomodar a un grupo de jugadores a los que les pesa la vida. Se acostumbraron a perder, le temen a cualquier rival. Deportivo Merlo vivió una fiesta, hasta inesperada. “HISTÓRICO”, tituló su página web el triunfo ante “un grande del fútbol argentino”. Esa referencia, pertenece a Central. Hoy, un humilde equipo de mitad de tabla de la segunda división del fútbol argentino. Con una hinchada que respeta su historia, pero no condice con su pobre momento.El domingo por la mañana se desarrolló la práctica regenerativa posterior al partido, Omar Palma no estuvo (alguno dijo que volaba de la calentura….). Cristian Daniele la llevo adelante, sin humor para entrenar. Con el peso a cuesta de una campaña espantosa. No hubo declaraciones de los jugadores, no estaba el entrenador, y está bien que Norberto Speciale (presente) se llamó a un entendible silencio. Ya habló demasiado, con escasa lucidez por cierto, en su corto plazo como presidente. Merlo llevaba seis fechas sin ganar en su casa y 409 minutos sin convertir de local, y le ganó a Central. Sin llegar, nada más que aprovechando un error de Jorge Broun al armar la barrera, se escondió detrás de ella, y Pablo Rodríguez le rompió el arco en su palo. Con eso alcanzó.Omar Zarif utilizó una figura cruel, “jugamos un partido de primera C”. La cancha, el rival, los 4000 hinchas de Merlo le dieron ese marco. Y lo peor de todo es que Central no desentonó en ese patético escenario. “Todavía tenemos chances matemáticas”, dijo Palma. El improvisado técnico, devenido de su condición de ídolo futbolístico. Razón no le falta, sí parece que argumentos valederos. Con el Negro ya son tres los técnicos que dirigieron este plantel, en 28 fechas una sola vez y hace ya una rueda Central juntó dos triunfos seguidos (Merlo y Chacarita). No cabe duda entonces que lo único que alimenta su futuro inmediato es la irregularidad del torneo, que están en correspondencia con la matemática que nutre al fútbol. Futbolísticamente es un equipo mediocre, que perdió hasta el alma.

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