Central se quedó con los tres puntos, pero sigue sin ser un equipo confiable. Tuvo a Pablo Becker como figura, pero erró muchos goles y sufrió en defensa.
Fluido. Dinámico. Ágil en el medio. Así jugó Central el primer tiempo. Pero desperdició muchas situaciones de gol y tuvo varias desatenciones defensivas.
El Canalla salió decidido a llevarse por delante a Atlético Tucumán ni bien Mauro Giannini pitó el inicio.
De hecho tuvo dos situaciones claras en los primeros dos minutos, pero primero Toledo y después Costa se encargaron de desperdiciar sendas ocasiones.
Becker fue imparable por derecha y generó la gran mayoría de las situaciones de riesgo. De un desborde del juvenil llegó el gol de Lagos. El ex Lanús no dudó y metió un fierrazo cruzado para vulnerar a Luchetti.
El equipo de Russo no se fue al descanso con más ventaja por culpa de Costa. El delantero despilfarró innumerables ocasiones de gol. También algo de responsabilidad tuvo Ferrari al desviar un penal. Con Mármol expulsado por doble amarilla, en lugar de facilitársele la historia a Central se le hizo cuesta arriba. El Canalla nunca supo usufructuar el hombre de más.
¿Y la defensa canalla? Mostró grietas y eso generó que cada ataque de Atlético tuviera olor a empate. En la etapa final lo que no hicieron ni Costa ni Toledo lo concretó Becker. A los 4 minutos, el volante le amagó por enésima a vez al pobre de Galíndez y sacó un zurdazo cruzado que pegó en el palo y se metió adentro. El jugador de Los Quirquinchos mostró todo su potencial y expuso, una vez más, su cuota de calidad al servicio del equipo. Por eso cuando Encina lo reemplazó, el hincha canalla lo despidió con una ola de aplausos.
Con Becker afuera la cosa ya no fue igual. Central no tuvo el generador de juego y se fue desinflando. Atlético aprovechó la siesta auriazul y Gabriel Méndez descontó para ponerle algo de suspenso. Pero Bracamonte, sí un delantero, marcó el tercero para la alegría de la gente.
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