Arriba. Segunda victoria de manera consecutiva. Diecisiete puntos en la tabla. Hizo tres goles. Volvió a ganar en condición de local. Convirtió dos goles de cabeza. Lo ganó por lo que hizo en el complemento. En la primera parte le costó, pero salió diferente a jugar el la segunda parte. Central superó 3-1 a Gimnasia y ratificó su buen presente en el campeonato. El triunfo fue justo en la previa del Clásico, como aperitivo de lo que va a venir.
Alejo Véliz fue la gran figura. El delantero hizo dos y a instancias del VAR le anularon otro, por mano. El juvenil llegó a los cuatro goles en el torneo y demuestra, con el correr de los juegos, que es un delantero cada vez más temible para cualquier defensa.
Para arrancar el juego el entrenador canalla decidió modificar el esquema con el cual había jugado ante Huracán. Russo dejó atrás el 3-4-3 que puso en la victoria en el Ducó y regresó al 4-4-1-1, para ello sacó a Juan Cruz Komar y le dio la oportunidad a Lautaro Giaccone como titular; en tanto Campaz se ubicó a la izquierda y Malcorra cerca de Véliz.
No fue un buen primer tiempo del Canalla. Es que el mediocampo volvió a fallar a la hora de la generación de fútbol y cuando esto pasa se sabe que la única manera de lastimar es a través de una jugada aislada. Los primeros minutos de juego se dieron sin que el partido tuviera un dueño definido, más allá de que Gimnasia lucía mejor a la hora de “las segundas pelotas”.
El juego de la primera etapa tuvo un quiebre y cuando Coyote Rodríguez envió un centro preciso a la cabeza de Véliz y este anotó para marcar el primero. Con la ventaja del resultado el partido que tenía que hacer Central era con la inteligencia como patrón a seguir; sin embargo esto no pasó y la visita creció en el juego. El conjunto de Romero aprovechó la poca resistencia del mediocampo auriazul y se puso siempre cerca del área. Esa mejoría del Lobo se vio reflejada a los 39 minutos cuando Barros Schelotto se encontró con la pelota, luego de un atajadón de Boun y marcó la igualdad, justa por cierto. Los últimos minutos fueron más de lo mismo: Central siendo incapaz para generar juego y Gimnasia, animado por el gol, jugando en campo rival.
La apuesta que hizo Russo no funcionó. Campaz estuvo perdido en la mitad de la cancha, Giaccone poco y nada por la izquierda; y Malcorra nunca pudo encontrarse con Véliz. El entretiempo era momento para cambiar, sin embargo el técnico decidió salir a jugar el complemento con los mismos.
Los primeros minutos tras la reanudación contradecían lo no hecho por Russo. Pero pasdos los 10 minutos, otra vez Coyote Rodríguez lustró su botín zurdo y mandó un centro bárbaro para el gol de Martínez. Con el ánimo en alza el Canalla fue en busca del tercero y rápidamente logró volver a meter la pelota en el arco de enfrente, pero el VAR anuló por mano la definición de Véliz.
El 2-1 no solamente le vino bien al Canalla por el resultado, sino porque se tranquilizó y logró poner el partido a su favor también desde el juego. Russo movió el banco con el ingreso de Infantino por Giaccone y más tarde modificó esquema al incluir a Komar por Campaz, ya que el rival comenzó a atacar con dos centrodelanteros en busca del empate.
El tercero de Véliz, la figura de la cancha por escándalo, liquidó el partido a poco menos de diez para el final. De ahí hasta el pitazo de Trucco, de floja actuación, fue una fiesta en las tribunas. Es que después de corear el nombre del goleador los hinchas le pidieron por lo que va a venir. Después del tradicional “…cada vez nos falta menos para volvernos a ver” llegó “el domingo cueste lo que cueste el domingo tenemos que ganar”.