El lunes feriado amaneció con un sol para ir a disfrutar el día al Río Paraná. Pero en una zona de Rosario el clima fue de lluvia, aunque de goles. Desde temprano la zona de Barrio Cristalería se empezó a llenar de camisetas rojas y negras, y azules y amarillas. A las 9, Central y Newell’s se volvían a ver las caras, ésta vez en Cosecha. Tercer enfrentamiento entre los primeros equipos de fútbol femenino de este año, donde jugar el Clásico es posible.
Desde el vestuario visitante se escuchaba la arenga y un “vamos Newell’s” al unisono. En la puerta del vestuario local, familiares y amigos se acercaron para hacerles un puente a las jugadoras canallas. Papelitos, globos y bombos.
A las 9 en punto, Fernando Miño dio el pitazo inicial para que ruede la pelota en Cristalería. El partido tuvo todo los condimentos que tiene un Clásico: fiesta afuera y adentro de la cancha. También algunas duras patadas y tarjetas. Y goles. Muchos.
Los dos equipos salieron a buscar el partido. Nada de esperar al rival. Salieron a ganar. Pero Central demostró tener más jerarquía. Un equipo que es el actual bicampeón de la Rosarina, y que tiene varios años de formación. Además, cuenta entre sus filas con Virginia Gómez, jugadora de la selección nacional, y a las dos goleadoras del torneo: Erica Lonigro y Paula Salguero. Ambas convirtieron por duplicado. Del otro lado, Newell’s, que comenzó a apostar por el fútbol femenino este año, y que demostró estar a la altura del torneo. Pero que en este partido generó muy pocas llegadas al arco. Una clara: el descuento de Brunella Piccini, cuando el equipo iba 2 a 0 abajo. Después, a pesar del intento continuo de la Lepra, fue todo de Central.
Y entre flashes y cámaras, de muchos medios locales que se acercaron por el Clásico, Gómez estuvo imparable, y con el apoyo de Romina Escalada en el mediocampo, le dieron a Central juego y precisión. Las goleadoras volvieron a convertir para estirar la ventaja y hacer estallar a la hinchada local. Y ganar el Clásico, para dejar el año en tablas.
Las chicas de Newell’s y de Central le demostraron a la ciudad que el Clásico se puede jugar. Se saludaron al comienzo y se felicitaron después. Con las dos hinchadas detrás del alambrado y con el respeto al otro adentro de la cancha. Y volvieron a poner al fútbol femenino de Rosario, que no para de crecer, en lo más alto.
“Salimos más tranquilas a jugar”
Romina Escalada y Virginia Gómez, dos de las figuras de Central, hablaron con El Hincha luego del triunfo ante Newell’s y ambas coincidieron en que la clave para ganarlo fue salir a jugar el partido tranquilas. Algo que se trabajó durante la semana y que de alguna manera supieron corregir con respecto al duelo del torneo pasado.
“El primer Clásico que jugamos teníamos muchos nervios, porque somos todas hinchas de Central”, dijo Escalada en referencia al empate 2 a 2 en Bella Vista en mayo de este año.
“Esta vez pudimos salir más tranquilas a tratar de jugar como sabemos. No solo hay que jugar con los pies, sino con la cabeza. Hoy lo supimos aprovechar y por eso manejamos todo el partido”, explicó.
“Entramos muy concentradas y tranquilas”, coincidió Gómez, que destacó que el hecho de que se mantenga el plantel del torneo Apertura “también ayuda” y es “esencial”.
La mediocampista canalla, forma parte del seleccionado nacional y hoy viajará a Buenos Aires para continuar con los entrenamientos de cara al partido repechaje del Mundial de Francia 2019.
“Noté un equipo maduro y uno nuevo”
Newell’s se sumó este año a jugar el torneo de la Rosarina de fútbol femenino. Pero a pesar de este dato, el equipo que conduce Mariano Faurlin y Virginia Salera, terminó tercero en el Apertura y en este torneo ha demostrado seguir a la altura de las circunstancias.
“Creo que la mayor diferencia estuvo ahí, en las individualidades y en errores que cometimos nosotras. Creo que estuvimos en partido hasta el segundo gol, después el ánimo no fue el mismo, cuando la diferencia en el marcador es mayor”, dijo Salera sobre la derrota leprosa.
Luego del pitazo final que indicó la victoria de Central 4 a 1, ambas entrenadoras se acercaron para saludarse y felicitarse por el partido. Y ese gesto, coincidió con la tranquilidad que se vivió en Cosecha, con la presencia de ambas hinchadas. Un ejemplo para imitar por todos.
“El clásico se tiene que jugar así, es un condimento que no puede faltar”, afirmó Salera. Que además destacó la importancia de que esté la gente de Newell’s alentando a las chicas, “porque son todas hinchas del club”.