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Central llegó a las ocho fechas sin alegrías

En cuatro minutos le dieron vuelta la historia al Canalla, que ganaba con gol de Zampedri. Los tantos de Atlético fueron obra de Matos y Luis Rodríguez

Central protagonizó otro flojo encuentro y se volvió a quedar con las manos vacías fuera de casa. Con muy poco fue superado por un práctico Atlético de Tucumán, que a diferencia del Canalla mostró capacidad de reacción para terminar quedándose con el triunfo, ese que a los de Bauza se le viene negando hace 8 partidos en esta Superliga.

La intención de Central de salir a jugar de igual a igual fue efímera. Rápidamente, Atlético se adueñó del balón y se instaló en territorio auriazul. Y a partir del manejo de sus volantes, el local empezó a buscar el mejor lugar para quebrar la resistencia defensiva del Canalla. Pero al Decano le faltó precisión y en los primeros 25 fue poco prolijo y no lastimó.

Inconexo entre las líneas, con poco juego colectivo, dependiendo demasiado de que los hombres de ataque capturen alguna segunda pelota, Central padeció el mal de casi siempre: generó muy poco frente al arco rival. Sin embargo, contó con algunas situaciones, más por defecto ajeno que por mérito propio. La primera llegó por un yerro en la salida del rival: se equivocó Cabral y Zampedri metió un remate en el palo. Y la segunda llegó casi atrás, cuando Carrizo probó a Lucchetti desde lejos y el Toro pescó el rebote para de cabeza abrir el marcador.

Pero el Canalla no supo manejar la ventaja. Y permitió la inmediata reacción de los tucumanos que a los 34 y en una acción individual del Pulga Rodríguez a espalda de los volantes centrales, Matos definió con precisión ante el flojo cierre de Bettini. Y cuatro minutos después, el Pulga volvió a dejar su huella: le ganó la espalda a Alfani y fusiló a Ledesma.

En cuatro minutos, Atlético encontró todo lo que había buscado sin éxito en los primeros 25. Y en el mismo lapso de tiempo, Central dilapidó la posibilidad de manejar el partido desde la ventaja inicial.

Y con el 1-2 no le quedó otra que salir a buscarlo al Canalla, que únicamente inquietó por la vía que sabe: de pelota parada. Pero esta vez no le alcanzó al equipo de Bauza, que buscó variantes desde el banco y progresivamente fue mandando a la cancha a Lovera, Becker y Maziero en busca del gol del empate.

Nada. Y eso que el Decano le cedió la iniciativa desde que salió del vestuario. Pero ni así pudo Central, que fuera del Gigante se volvió a quedar con las manos vacías y para la próxima encima ni lo tendrá a Ortigoza, a quien se le salió la cadena sobre el final y metió un patadón que lo mandó a las duchas.

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