Sueña Central. Con la autoridad de un segundo tiempo impecable, borró los fantasmas del flojo primer tiempo en Bahía Blanca. Tres goles de Ruben y la jerarquía del ingresado Colman, potenciaron a un equipo que reafirmó la idea de Coudet y que se mantiene en la punta del campeonato con cuatro partidos ganados.
Dos facetas opuestas mostró Central en el partido. Una en el primer tiempo. Y otra muy distinta en el complemento. La diferencia en los 45 minutos iniciales estuvo en que Olimpo aprovechó una serie de errores individuales para irse en ventaja al entretiempo.
En un contexto de trámite parejo, Barrientos perdió una pelota, Musto rechazó corto cuando podía recuperarla y Caranta apareció mal ubicado en el zapatazo de Cobo. El arquero no tuvo reacción para dar el paso hacia la izquierda en el golazo de Olimpo.
Central no fue el equipo intenso que pretende Coudet. No le encontró la vuelta y se equivocó con la pelota. Fue previsible y no tuvo volumen ni conexión entre líneas. Pero todavía quedaba tiempo para experimentar un cambio.
Y ese cambio, más allá del nominal por el ingreso de Colman en lugar de Barrientos, también se produjo en lo futbolístico. El Colmandante organizó el fútbol de Central. Se asoció con Cervi (pasó a la izquierda) y Fernández (se cerró hacia el centro). Todos se asociaron entre sí. Beneficio para el goleador Ruben.
Y entonces llegaron los goles. Central sacó a relucir jerarquía. Apareció el equipo. Y aplastó a Olimpo con la autoridad de un segundo tiempo impecable. Colman, un armador con pausa, propició que se potenciaran todos sus compañeros. Llegó el empate de Ruben tras una gran asistencia de Cervi, en una jugada armada por el propio Colman. Y al rato nomás, nueva combinación en la que también participó Fernández y segundo gol de Ruben, tras un rebote ofrecido por Champagne.
Caranta se redimió del error inicial y le negó el empate a Royón. Entró el Chelito y le ofreció una habilitación precisa a Ruben para liquidar la historia con un golazo.