Tenía que ganar, y lo hizo. Otra vez la necesidad estuvo por encima de la forma. No jugó bien Central. Pero tuvo actitud, ganas. Y, en el balance de los 90 minutos, se insinuó superior al rival. Potencialmente se mostró superior. Apenas con eso, más la jerarquía individual de Emiliano Vecchio y un par de atajadas de Jorge Broun en el cierre, le alcanzó a los de Arroyito para derrotar a Aldosivi en Mar del Plata. Fue apenas 1-0 sobre el final, con un gol de Diego Zabala que llegó desde el banco.
Le faltó juego, el funcionamiento seguramente sigue lejos del ideal, y el equipo aún no termina de entregar imagen de solidez. Pero Central se llevó un triunfo de La Feliz que le permite mantener viva su chance de conseguir el objetivo trazado por el grupo: ser uno de los mejores cuatro equipos de la zona A. Además, cortó una racha de cinco partidos sin ganar como visitante, y otra de poco más de 600 minutos sin convertir en rodeo ajeno.
El primer tiempo fue parejo y mal jugado. A los dos les costó imponer condiciones, adueñarse del trámite. Pero, en esa paridad, Central siempre se mostró potencialmente más peligroso. Es que, a diferencia de partidos anteriores jugados en condición de visitante, los auriazules ubicaron más hombres en campo contrario. Además, ante el mal retroceso del rival, dispusieron varias chances de contra. Pero no supieron aprovechar estas «ventajas».
Más allá de la búsqueda a partir de movimientos tácticos y posicionales, la generación en ofensiva auriazul no mejoró. Esto, más allá de cierta pasividad que mostró Aldosivi a la hora de defender. La idea de retrasar a Vecchio para buscar salida clara con pelota al pie, no fue solución a la habitual falta de juego que padece el equipo del Kily. La mayoría de los avances que intentó Central fueron a partir de largos pelotazos desde los pies de los defensores o de Fatu Broun. El canalla dividió el balón y tampoco sacó réditos de esos intentos.
Una chance de Ruben antes de los 30 segundos, que el nueve no pudo capitalizar; un lateral largo de Ávila que provocó una salida fallida de Pocrnjic; y un cabezazo débil de Laso a las manos del arquero rival, fueron las posibilidades de ataque que gestó Central. ¿Y Aldosivi? Casi no dispuso de chances. Incomodó con pelotas cruzadas. Pero la única clara, se la facilitó Central: un yerro de Broun en una salida con el pie, que el propio arquero resolvió ante un sorprendido Andrada.
En el segundo tiempo, Central se animó un poco más. Se soltó Pupi Ferreyra, conectó con Gamba, Ruben exigió en el área rival. Pero los intentos ofensivos de Central casi nunca contaron con la profundidad y precisión necesaria como para quebrar la endeble resistencia que oponía Aldosivi.
Promediando el complemento, llegó la hora de los cambios, de buscar variantes. Kily mandó a la cancha a Francesco Lo Celso, Diego Zabala y Lautaro Giaccone. El DT auriazul mantuvo el 4-3-3 y la misma ambición de ir por el triunfo, aunque con muy pocas ideas.
Pero en el final, cuando el partido se hizo de ida y vuelta, apareció la jerarquía individual de Vecchio. Más allá de lo retrasado que estuvo desde lo posicional, el 10 metió el pase que provocó el gol de Zabala a cinco minutos del final. Y acertó otra buena participación poco después, anticipando para recuperar y habilitando a Ruben, que casi marca el segundo en el epílogo.
No hizo un gran partido Central, pero consiguió un gran triunfo. Los tres puntos generan expectativas, al menos desde lo matemático, de que Central pueda meterse entre los mejores cuatro de la zona. Futbolísticamente, el sustento todavía no está. Pero el resultado positivo le da algo más de tranquilidad, y un poco de confianza, a Kily González para trabajar de cara a lo que viene: el inicio de la Sudamericana y la definición del grupo en el torneo local.