Un empate de visitante y tratándose de Copa Libertadores no es para nada despreciable. Pero considerando lo flojo del rival, el punto que cosechó Rosario Central en la igualdad 1-1 ante Caracas no es bueno. Es que el equipo de Miguel Ángel Russo se midió ante el rival más débil del grupo, ese que la lógica indica que tenés que ganarle tanto de visita como de local. Pero Central falló en el objetivo de sumar de a tres y para ver si lo que se trajo de Venezuela servirá o no habrá que esperar.
Jugó de menos a más. Jugó con más personalidad en la segunda parte que en la primera. Jugó con los ojos vendados gran parte del partido, una ceguera que le impidió saber cómo debía lastimar a un humilde rival. Inició con lo mismo que terminó el semestre pasado, con nada de aporte de los que llegaron para reforzar el plantel en el último mercado. Y encima mostró un error básico que le permitió al rival ponerse arriba en el marcador.
En el gol de Caracas se vieron algunas de las ineptitudes que evidencia el equipo de Russo en este año. La falta de relevo a Martínez terminó siendo un yerro fatal para el Canalla luego de que Pernía le ganara a Quintana una carrera mano a mano. Un gol evitable si alguien hubiese relevado al Gitano quien había ido a buscar una pelota de Giaccone pero que la misma fue interceptada en el camino por un rival. El tanto del local fue un castigo a la inoperancia de Central, a un equipo que solamente jugó como debía los primeros 5 minutos de partido. Luego fue una sombra y esto hizo que el humilde conjunto de la capital venezolana se animara a algo que ni ellos creían.
Casi ninguna jugada colectiva, una alarmante falta de presencia en el área rival, escasez de fútbol por los costados y por el medio, sociedades inexistentes e ideas que nunca aparecieron; un combo muy difícil de digerir y en los primeros 45 minutos.
Enfrente un rival muy humilde con algunos jugadores que evidenciaron problemas hasta para controlar la pelota. Pero la diferencia en el primer tiempo fue que Caracas supo a la perfección que lo único que tenía para inquietar es a su goleador Pernía y lo aprovechó. En tanto que el equipo de Miguel no supo cómo llegar hasta el arco rival después del remate de Giaccone en el comienzo del partido y encima cometió un error puntual que le significó el 1-0 en contra.
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Luego del descanso el Canalla salió decidido a llevárselo por delante y si bien lo intentó desde el vamos le faltaron ideas. Todo este cuadro de situación cambió cuando Russo mandó a la cancha a Jony Gómez quien filtró pelota para que Módica (quien había ingresado minutos antes junto con Martínez Dupuy) definiera para marcar su primer gol en primera y empatar el partido cuando iban 21 minutos del complemento.
Tras haber encontrado la llave para lastimar al rival el juego le indicaba al Canalla un solo camino hasta el final para ganar el partido. Y fue Gómez, quien con su ingreso le cambió la cara al equipo, que tuvo una clarísima para marcar pero la pelota en vez encontrar la red se estrelló en el travesaño cuando ya se jugaban los minutos de adición.
El reparto de puntos fue un castigo merecido para un equipo que no hizo los deberes a pesar de que el camino parecía estar allanado de antemano. Un empate de esos en los que habrá que esperar para ver si termina sirviendo o no. Lo que sí es cierto es que al cuerpo técnico lo hecho por el equipo en Caracas le dejó muchísima tarea para lo que va a venir.
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