El sueño copero se desvaneció. Central debía ganar para soñar, pero jugó mal, otra vez, y se queda con las manos vacías. Cayó 2-0 con Racing en el Gigante por la fecha 24 de la Superliga y se aleja definitivamente del gran objetivo que tenía. Ahora sólo deberá pensar en la revancha con San Pablo por la Sudamericana.
Brian Mansilla, a los 18 minutos del segundo tiempo, anotó el primer gol de la Academia de Avellaneda, mientras que a los 30 Lautaro Martínez sacó a relucir toda su jerarquía y puso el 2-0.
Central arrancó con más intensidad y encontró en el andarivel derecho, con Ferrari y Camacho, una sociedad interesante. Aunque no pudieron encontrar la misma sintonía en este inicio Ruben y Zampedri.
El Canalla se aproximó con un zurdazo de Camacho que murió en las manos de Javier García y Racing contestó con una escalada por derecha de Saravia pero con un derechazo altísimo.
Ya sobre el cierre, el Canalla arrimó peligro con un tiro libre de Gil apenas desviado y los visitantes tuvieron la más clara cuando Triverio recibió un regalito de Paroy en saque lateral, encaró y sacó un derechazo que besó el palo derecho de Ledesma.
¿Algo más? Poco y nada. Muchas infracciones, cinco tarjetas amarillas y mucho juego cortado en la mitad de la cancha.
En el inicio del complemento Racing apretó el acelerador y tuvo tres chances: dos a través de Centurión y otra en los pies de Solari, aunque el remate del ex River y Estudiantes salió desviado.
Central sintió el asedio, se arrinconó y trato de salir. Capeó el temporal y a los 10 respondió: centro de Fernández y cabezazo de Ruben apenas por encima del travesaño.
A los 18 todo cambió: Central fue por todo en un tiro de esquina y en la contra se quedó sin nada. Tobio ganó de arriba, pero en el rebote nadie apareció; Racing sacó el contragolpe y nadie frenó a los jugadores visitantes; Mansilla condujo y definió con un zurdazo preciso y exquisito que infló la red del arco que da a Regatas. ¡Golazo!
Central sintió el golpe. Y no mejoró. es más, empeoró. Y la siguió pasando mal.
Racing retrocedió. Y esperó de contra. Otra vez. Y cuando aceleró noqueó. A los 30 apareció toda la jerarquía de Lautaro Martínez, primero para robarle el balón a Parot, luego para dejar en el camino a Martínez y después para definir ante el cierre de Tobio y vencer a Ledesma: 2-0.
Pasó poco más. Algunas arremetidas de Racing que terminaron mal y nada de Central. Un equipo que volvió a jugar mal, que cometió errores por doquier y que se despide del sueño de clasificarse a una copa.