El regreso de Central a la Superliga dejó saldo negativo. El equipo que dirige Edgardo Bauza perdió en su visita a Huracán por 2 a 1. Y lo hizo mostrando dos caras completamente diferentes. Es que el primer tiempo del Canalla fue decepcionante, ante un rival que lo superó en el juego.
Pero que también mostró la capacidad como para trasladar esa supremacía al marcador, y lo hizo anotando dos goles. Pero el Canalla reaccionó en el complemento. Desde una postura más agresiva, los de Arroyito se pusieron a tiro de empate. Pero no alcanzó.
Como había sucedido hace una semana, en el amistoso disputado ante Racing en Mar del Plata, Central mostró problemas defensivos en la primera parte. Huracán apostó por la verticalidad a partir de cada recuperación, y desnudó falencias delos auriazules a espaldas de Rinaudo y delante de los marcadores centrales.
Desde allí, mostrando intensidad, el local generó situaciones claras en dos momentos diferentes de la etapa. La primera fue entre los 5 y los 10 minutos, cuando desperdició tres oportunidades. Pero en la segunda, en el cierre de la etapa, acertó las dos ocasiones que dispuso y se llevó al vestuario una merecida ventaja.
Es que si bien hubo pasajes de paridad en la primera parte, y Huracán también mostró cierta inestabilidad defensiva, Central no consiguió imponerse en ofensiva. Poco participativo Ortigoza, muy liviano Barrera, y poco resolutivos Becker y Aguirre, al solitario Riaño casi no le llegó juego. Faltó peso específico de tres cuartos hacia adelante.
Para el complemento, Bauza apostó por el ingreso del Chaco Herrera en lugar del inexpresivo Barrera.
Y la variante dio réditos. Es cierto que Huracán bajó la intensidad y cedió terreno. Pero también es verdad que la versión Canalla del segundo tiempo ganó en agresividad. Y rápidamente plasmó esa mejoría en el marcador gracias al oportunismo de Herrera.
Pero con el correr de los minutos, Central fue perdiendo esa enjundia. Y si bien siempre estuvo a tiro de empate en el resultado, no llegó a someter en el juego a su rival. Y pasó a depender de alguna acción aislada para llegar al gol. Ilusión que terminó de perder argumentos en el último tramo del encuentro, después de la accidentada jugada que determinó las expulsiones de Ortigoza y Mancinelli.
Bauza todavía no encuentra el equilibrio que precisa el equipo para impedir la frustración de la derrota. Le pasó con Racing en el amistoso y le ocurrió lo mismo con Huracán. El técnico tendrá que hacer horas extras en la semana para ver un Central mucho mejor.
