Central va cumpliendo con el objetivo fijado de punta, llegar a 25 puntos. Y para eso le quedan dos partidos, y le faltan tres unidades, en Rosario contra Racing y terminará visitando a Argentinos. Dos rivales que andan por la vida del fútbol argentino metidos en el mismo problema, sumar para engordar promedios. El drama de estos tiempos.
Más allá de las matemáticas lo que preocupa de Central es que después de un inicio malo, donde pareció encontrar las formas, luego las perdió. Y con la derrota en Bahía Blanca mostró que es el mismo equipo del comienzo, con más dudas que certezas.
Vienen tiempo de decisiones y si en algo ha fallado Central ha sido en las incorporaciones. Por impericia propia o porque los futbolistas que llegaron defraudaron. Un karma que persigue a Miguel Ángel Russo, quien indudablemente se maneja mejor armando un equipo de fútbol con lo que tiene y conoce que eligiendo jugadores. Claro que a su favor juegan las magras arcas canallas que no permiten grandes incorporaciones, y lo bueno y barato no abunda.
El Chino Luna llegó, impresionó con un partidazo ante Quilmes, jugó bien en Córdoba contra Belgrano, pero solo anotó tres goles. Un fracaso, con un nivel de juego que no debe llegar a los cinco puntos. Sebastián Abreu, de pasado extraordinario como futbolista, pero con presente limitado por su edad (37 años) que lo empuja al retiro. Su aporte es más grupal que deportivo.
Pero, lo más difícil será organizar la defensa y el medio. Porque arriba están el chico Walter Acuña como única y valiosa aparición y Gonzalo Castillejos, quien con poca participación mostró que no es menos que los demás y puede ser una alternativa.
Atrás, Franco Peppino y Alejandro Donatti dan todas las ventajas posibles. Juntos son un peligro para el bueno de Mauricio Caranta. Russo quiere un tres, la sensación es que un central es obligatorio. Además el cinco también falla, pues Nery Domínguez mostró un nivel muy inferior al que ostentaba en la B Nacional. En el uno contra uno pierde, no es ordenado en lo táctico y perdió la velocidad con que sacaba su pelotazo letal. Sin Jesús Méndez, sufre demasiado. Acaso porque Hernán Encina y Diego Lagos no son confiables, ya que tienen buenos pero también malos partidos, y cuando fallan los dos, el mediocampo canalla no existe. Un volante interno, parecido a Méndez, es otra necesidad imperiosa.
Así las cosas, la campaña puede considerarse muy buena. No tiene grandes figuras y logró juntar ocho partidos sin derrotas, casi un milagro. Su mejor partido fue el clásico ante Newell’s, donde puso el alma al servicio del equipo y por una vez fue inteligente. No se repitió una actuación igual. Agudizando objetivos, lo suyo pasa por mantener la categoría con tranquilidad.
Elegir bien los dos refuerzos será indispensable, pues el plantel que armaron los dirigentes y Russo no es bueno. Es difícil suponer que pueda realizar una venta salvadora, ya que no tiene figuras y las promesas son solo eso. Se vienen tiempos de decisiones en donde no pueden fallar. Y que las malas incorporaciones sirvan de experiencia para que no se repitan, ya que lo que se juega es mucho. Consolidarse en Primera, ni más ni menos.
La vuelta es hoy en Arroyo
Regreso, mini descanso y hoy a trabajar. El plantel de Rosario Central, que el sábado cayó 1-0 en su visita a Olimpo de Bahía Blanca, retomará esta tarde los entrenamientos con la mira puesta en el encuentro del próximo viernes a las 20.20 frente a Racing en el Gigante de Arroyito, en el marco de la 18ª fecha del Torneo Inicial.
La cita es esta tarde en Arroyo Seco, donde Miguel Ángel Russo deberá ir pensando en el equipo que pondrá el viernes, donde no podrá contar con Carlos Luna, quien estará una fecha fuera de las canchas por llegar a las cinco amarillas. Además, el DT evaluará los casos de Alejandro Donatti, Rafael Delgado y Sebastián Abreu, quienes podrían regresar ante los racinguistas.