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La resurrección

Con goles de De León y Caraglio ganó después de 20 años en la Bombonera. “Era obligación”

De León festeja su tanto que le daba el 1 a 0 parcial al Canalla | Télam
De León festeja su tanto que le daba el 1 a 0 parcial al Canalla | Télam

Por: Guillermo Ferretti

Funcionó a pleno la palabra de Leo Madelón y Central ganó en la Bombonera después 20 años. Fue puro corazón, el mismo equipo (hasta con los mismos errores y virtudes) que hubiera parado Ariel Cuffaro Russo, pero funcionó el factor humano. Lo anímico anduvo de primera, y corriendo Central pudo vencer a este Boca cargado de traumas.

La receta fue simple, de arranque nada cambió en cuanto a la formación titular. Apenas puede marcarse que se agrupó mejor en el fondo. Tampoco se vio algo nuevo desde lo táctico, ni siquiera se ajustó la marca a Román Riquelme, aunque a favor tuvo que el diez jugó apenas 15 minutos, y eso fue determinante para que Boca siga siendo boquita, el que dirige Abel Alves. Pero esta vez Central estaba mejor de la cabeza y corrió de punta a punta. Esa fue la resultante del discurso de Madelón, precario de tácticas y técnicas, pero cargado de palabras emotivas.

El partido no era bueno, Boca jugando a ritmo de práctica y Central aguantando en el fondo con la sobriedad de Burdisso y Braghieri, claro que la lentitud del local para volver le daba chances al equipo de Madelón. Jonatan Gómez y Gervasio Núñez fueron parecidos a los de siempre, mejores intenciones que ejecuciones. “Paciencia”, fue la palabra más utilizada por Madelón. La razón se la dio De León, quien desvió con el muslo un cabezazo de Burdisso para convertir el primero. Casi al final del primer tiempo. Si bien Boca fue por el empate y contó con los 15 minutos habituales de Riquelme, dentro de los cuales logró el empate luego de una buena atajada de Galíndez, el termómetro del partido no varió demasiado. Boca fue por obligación y Central esperó su momento con “paciencia”, como quiere Madelón.Claro que lo nadie esperaba es que el pibe García se despache con tremendo regalo, una salida en falso, un nuevo cabezazo de Burdisso fue al medio y Caraglio (jugó su mejor partido desde el regreso) la mandó adentro.

Grito agudo y profundo, el de la victoria demorada. Tanto que cuando se dio por última vez Madelón se quedó esperando en el banco con el 15 en la espalda, mientras Bisconti de penal convertía el gol del triunfo, allá en el lejano 1990.

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