El presente futbolístico auriazul es preocupante. Los números del equipo que dirige Miguel Ángel Russo están en rojo por donde se los mire. Lógicamente, en el ‘Mundo Central’, reina un clima de decepción generalizado. Y esta sensación no sólo tiene que ver con los resultados, sino también con el pobre funcionamiento que exhibió el Canalla en estas siete fechas que se llevan disputadas en el torneo.
Central suma minutos en el campeonato sin encontrar una identidad de juego definida. No está claro aún ni cómo ataca ni cómo defiende el equipo de Russo. Y, en estos últimos encuentros, tampoco se vislumbró una estrategia para tratar de llegar al resultado.
Para colmo, el técnico ya movió varias piezas de lugar y no logró réditos.
En el arranque del torneo, como era de esperar, Russo apostó por la base que le permitió lograr el ascenso y el título de la B Nacional.
Así, en la segunda fecha, visitando a River, Central tuvo en cancha a nueve de los futbolistas que habían conformado el equipo base de la temporada anterior. Salvo Alejandro Donatti y Carlos Luna, el resto de los que estuvieron desde el inicio en el Monumental fueron protagonistas en el torneo de la B Nacional.
Y esta situación recién se modificó, radicalmente, para el cotejo de este último domingo en la visita a Tigre. Para ese partido, el DT canalla dejó de lado a algunos futbolistas que arrancaron el campeonato como titulares. Y optó por darles cabida entre los once a otros que se sumaron como incorporaciones o refuerzos en el último libro de pases.
Así, Franco Peppino, Hernán Encina y Federico Carrizo quedaron al margen, y fue el turno de ser titulares para Lisandro Magallán, Guillermo Fernández y Matías Ballini (NdR: ya había estado desde el inicio en la fecha anterior).
Pero los cambios de nombres no resolvieron los problemas. Todo lo contrario. Central entregó ante Tigre su peor producción en el torneo. Y esto agravó la coyuntura.
Después de utilizar 21 futbolistas y no repetir nunca el equipo de una fecha a la siguiente, Russo tendrá que buscar otras opciones de cambio. ¿Alguna variante de forma, de sistema? Parece difícil a esta altura. Pero el golpe de timón asoma como una maniobra indispensable para que el equipo encuentre el rumbo. Para que empiece a tramitar su DNI futbolístico.
Por si todo esto fuera poco, las últimas tres derrotas consecutivas, sobre cinco que ya padeció el equipo, colocaron a Russo en el ojo de la tormenta. Oficialmente, la continuidad del DT en el cargo no está en discusión. Pero ayer por la tarde el entrenador recibió en la práctica la visita del presidente Norberto Speciale. Y este tipo de encuentros, ya sea para avalar o cuestionar una gestión, generalmente abren interrogantes sobre la firmeza del técnico en su puesto.
Para despejar dudas al respecto, Russo tendrá que enderezar el rumbo futbolístico de Central. En el horizonte del DT auriazul, el primer escollo a la vista para iniciar la remontada será Arsenal de Sarandí. En este sentido, no es necesario ningún comunicado de parte de la dirigencia para advertir que los tiempos de Russo para revertir la historia empiezan a acotarse.
Con todos los soldados listos
El plantel auriazul no tuvo descanso. Tras la derrota sufrida el domingo en Victoria, los dirigidos por Miguel Russo trabajaron ayer por la tarde en el predio de Arroyo Seco. Y la buena noticia para el entrenador canalla es que tendrá a todos los futbolistas a disposición para afrontar el encuentro que viene. Eso será el próximo sábado, cuando reciba a Arsenal de Sarandí en el Gigante desde el 18.15. Los jugadores que se habían recuperado de distintas molestias la semana pasada entrenaron ayer sin problemas. Tales los casos de Franco Peppino, Diego Lagos y Franco Niell.En cuanto a las tareas realizadas ayer, hubo ejercicios regenerativos para los que jugaron ante Tigre. El resto participó de una sesión de fútbol en espacio reducido.El cuerpo técnico entregó la semana de entrenamiento, que comprende sesiones matinales todos los días, hasta el viernes. La concentración pensando en Arsenal será el jueves por la noche.