“Han sido muy difíciles todos estos meses. Sobrevivimos. Tratamos de aprender a convivir con el dolor porque no se va a ir nunca. Va a estar siempre”. La que habla es Alicia Peralta. Su voz suena apagada y débil, pero no lo está. Dice que no se va a quedar de brazos cruzados, que sabe que a su hija, Marlene no la va a recuperar y que va a pelear hasta el final, hasta que se haga Justicia, hasta que ella descanse en paz.
Tenía 21 años y su nombre completo era Marlene María del Rosario Franco. A mediados de 2016, la violaron y estrangularon a pocas cuadras de su casa de Oliveros, cuando volvía de un boliche de Maciel. A un año y medio del crimen, no fue juzgado el presunto autor, un muchacho de 21 años cuyo ADN apareció debajo de las uñas de Marlene y las ropas. La demora del juicio afecta día a día a la familia de Marlene.
Alicia Peralta encabezó movilizaciones, pacíficas para pedir celeridad en la causa. “El viernes pasado marchamos otra vez, porque pasaron casi dos meses de la suspensión de la audiencia preliminar (fijada para el 13 de septiembre) y en unos días se cumple un año y medio”, dijo la madre. Dio resultado. Después de la marcha, la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) confirmó una nueva fecha para el paso previo al debate final. Será hoy a las 10, en los Tribunales de San Lorenzo. La audiencia estará presidida por la jueza Griselda Strólogo. Estará el acusado y su defensa; el fiscal Leandro Lucente y los abogados querellantes junto a la familia de Marlene.
Señalado
El acusado, José Enrique Ojeda, de 21 años, será juzgado por un delito que prevé prisión perpetua. Tanto la Fiscalía como la querella pidieron que sea condenado por abuso sexual con acceso carnal en concurso real con homicidio doblemente agravado por criminis causa y por mediar violencia de género.
La madrugada del sábado 14 de mayo de 2016 Marlene volvía del boliche Memphis desde Maciel hacia Oliveros. Bajó del colectivo Tata Rápido en la ruta 11 y Mitre a las 5.30 con otras dos vecinas. Una caminó a su casa y la otra acompañó unos metros a Marlene hasta doblar la esquina. A Marlene le quedaban 12 metros más para llegar a su casa. Nunca llegó. Minutos antes de las siete, un vecino que iba a guardar el auto en una casa de fin de semana en el centro del pueblo y a unas dos cuadras de la ruta, vio el cuerpo de la joven acostado en el patio. Estaba desnuda de la cintura para abajo y con signos de haber sido abusada. El hombre buscó ayuda en la comisaría y volvió al lugar con los policías.
En el rastrillaje, los policías encontraron las calzas y la bombacha de la joven asesinada adentro del agua empantanada de la pileta. El celular de Marlene apareció tirado en una casa vecina. La autopsia determinó que Marlene fue violada y asfixiada con las manos.
A la mañana, cuando un hermano de la joven volvía de bailar, vio salir a José Ojeda del chalé donde fue asesinada su hermana. Lo supo horas después. Cuando lo detuvieron, Ojeda, quien también vivía en Oliveros con sus padres, dijo que no recordaba nada de lo ocurrido porque estaba borracho. En sede policial reconoció la autoría, pero no lo volvió a hacer en ninguna de las audiencias judiciales.
“Seguimos viviendo en Oliveros. El día a día es muy difícil. Tenés que convivir a pesar del dolor y del sabor amargo con los recuerdos que están continuamente. Pasar por el lugar es tremendo”, dijo Alicia. Para ella la nueva fecha para la audiencia preliminar es un paso importante.
“Queremos que se haga justicia. Porque sin juicio ni condena no hay justicia por Marlene. Ya pasó un año y medio. La audiencia va a ser muy fuerte. Va a ser otro momento terrible. Más que nunca estamos sujetos a la bandera de justicia por Marlene. Son los últimos pasos. En Oliveros fueron muy solidarios siempre. Sé que no voy a recuperar la vida de mi hija. El responsable tiene que pagar por lo que le hizo.