Los precios de los alimentos en el país se vienen disparando en las últimas semanas. La carrera entre salarios e inflación tomó velocidad y los bolsillos de los argentinos tienen que recalcular cómo se estira el dinero para que no falte el pan de cada día en la mesa. Una de las alternativas para los rosarinos es la del programa Cerdo para Todos, que funciona desde hace un año en un local de Riobamba esquina Juan Manuel de Rosas, donde hay una carnicería que tiene precios a casi la mitad de otros supermercados y comercios. Juan Carlos Rodríguez, referente de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) y administrador del local, explicó a El Ciudadano que el objetivo es demostrar que se puede vender más barato y además asegurar el acceso democrático de la población a alimentos sanos y de calidad para su consumo.
“Lo que más piden es el pechito de cerdo, que sale 43 pesos el kilo. La costeleta está 41 pesos, la bondiola cuesta 50 y el matambre se vende a 55 pesos. También tenemos la pulpa a 43 pesos, la pata –paleta y jamón– a 41, las milanesas a 38, las hamburguesas se venden tres unidades por 10 pesos, el chorizo está a 40 y la morcilla a 21 pesos. Todo cien por ciento cerdo. Traemos chanchos de 90 kilos que tienen cero grasa, son cerdos de primera calidad”, destacó Rodríguez.
El administrador de la carnicería recalcó que no están subsidiados por el gobierno nacional y que entablaron una relación con los productores. “Cortamos con los intermediarios, que son los que incrementan los precios. Eso nos permite tener una buena oferta, ya que es de productor a consumidor”, remarcó.
Juan Manuel es cliente de Fetevé: siempre compra allí. “Vengo desde hace ocho meses, dos veces por semana. Me lo recomendaron porque está la carne de cerdo muy barata. Compro todo para la semana: pulpa, costeletas, bondiola, pechito. Me preocupa la cuestión bromatológica, la textura de la carne, pero tiene las reglas alimentarias. Veo los camiones que vienen refrigerados. Cocino mucho en mi casa y hasta ahora no tuve problemas”, afirmó.
Mauricio compra desde que abrió, hace un año, y cuando está por la zona aprovecha para llevar lo que necesita. “A dos cuadras hay una carnicería muy prestigiosa donde el kilo de matambre cuesta 92 pesos y acá está a 55, casi el doble. La gente compra y no pregunta el precio. Si se pudiera hacer en todos los puntos de la ciudad un sistema como este para que la gente pueda acceder a carne de buena calidad, y a bajo precio, sería muy bueno”, sostuvo.
Rodríguez aclaró que se puede vender la carne de cerdo a buen precio y se lo están demostrando al resto de los comerciantes: “Hay gente que se aprovecha; nosotros estamos contentos trabajando así. Vemos que en todos lados aumentan los precios y la gente lo consume igual; es un abuso y cualquier persona, sea de bajos recursos o no, tiene el derecho a consumir carne”.
En la tarde de ayer, Carlos llegó a Fetevé desde otra carnicería reconocida, asustado por los precios que encontró. “Todos los cortes están más baratos acá que en otros lugares”, detalló con conocimiento de causa.
En la carnicería se venden 70 medias reses por semana, es decir, 35 cerdos. Y diariamente entran al comercio casi 80 clientes, que lo que más piden es pechito, matambre, bondiola y costeletas.
Daniel tiene un bar y restaurante y se abastece en Fetevé porque, además de buenos precios, tiene muy buena atención. “La diferencia de precios es bastante considerable y la calidad es muy buena. Hace cinco meses que vengo todas las semanas: compro matambre, bifes y costeletas para mi negocio”, contó.
“La carne representa mucho para la mesa de los argentinos. Nos enorgullece que vengan clientes a comprar en bicicleta desde Villa Gobernador Gálvez, de barrio La Cerámica, Nuevo Alberdi, como también se bajan en camionetas cuatro por cuatro. Tratamos de levantar el nivel, que el más humilde esté al nivel del que tiene. Que el cerdo lo puedan comer todos”, concluyó Rodríguez.