Las medidas económicas del gobierno nacional golpearon en estos tres años a las pymes y, entre ellas, las del rubro panadería. En Rosario, desde que arrancó 2018 y hasta la fecha, alrededor de 80 locales bajaron sus persianas según el conteo de dirigentes del sector. El último cierre fue el de un local de bulevar Rondeau al 2200, en barrio Alberdi. Son 13 puestos laborales menos.
“Las principales causas de la crisis en el sector son los reiterados tarifazos en el servicio de luz y sobre todo en el de gas (de uso intensivo en el rubro). Otro punto es el incremento del 270 por ciento en el precio de la harina, materia prima fundamental para la industria. Y tercero, la baja en el consumo, que ronda casi el 40%” respecto de la etapa anterior a la pendiente, describió Gerardo Di Cosco, titular de la Federación de Panaderos.
El Rey del Pan
El último eslabón de la cadena de achique es el de una panadería de zona norte, ubicada en Rondeau al 2200. Es el Rey del Pan, un negocio con atención las 24 horas que tenía como uno de sus fuertes los panes para hamburguesas y panchos. Los empleados recibieron el cimbronazo de la crisis general a lo que –denunciaron– se suma el maltrato patronal.
“No apareció nadie para hacerse cargo. No cobramos sueldo, ni aguinaldo”, denunció Valeria, una trabajadora a la que, igual que a sus compañeros, le pidieron que no fuera a trabajar este miércoles porque le iban a enviar el telegrama de despido por cierre. El pago de la indemnización, que no compensa el golpe de quedarse sin ingresos, es otra de las incógnitas que les dejaron los propietarios de la firma a sus empleados. Como en otros casos, encontraron un engañoso cartel de “cerrado por reformas” en el ingreso del negocio.
Dos menos en 20 días, 80 en un año
El panorama negro supera la relación a veces conflictiva entre asalariados y empleadores. Di Cosco confirmó que en los últimos 20 días dos panaderías debieron cerrar en Rosario porque “no puede pagar las tarifas de energía”.
Con respecto al cierre de alrededor de 80 locales en el último año, Di Cosco explicó que la mayoría bajó las persianas. Hay otras realidades: algunos negocios dejaron de vender al público y ya no figuran en los registros comerciales, pero funcionan fuera de la frontera legal porque dentro de ella no pueden afrontar el pago de los servicios energéticos y el salario balnqueado de sus empleados.
“Mientras siga este gobierno, van a seguir cerrado panaderías. No le interesa el trabajador”, recriminó el dirigente a la gestión de Cambiemos. Recordó que, el año pasado, hubo tres reuniones con la Secretaría de Comercio Exterior de la Nación, sin respuestas. “Fuimos a perder el tiempo”, lamentó.
Di Cosco adelantó que los representantes de la industria panadera de todo el país analizan la posibilidad de convocar a una concentración en el Congreso nacional o la Plaza de Mayo porteña para hacer visible la debacle del sector.