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César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, falleció este lunes a los 63 años

Sus compañeros destacaron el compromiso y la consecuencia de quien presidía la organización desde 1996. Fue uno de los batalladores de la ley de Matrimonio Igualitario y de la de Identidad de Género. Recuerdos no gratos del actual papa Francisco

César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), falleció este lunes a los 63 años en Buenos Aires, informó la entidad.

«Desde la CHA, expresamos nuestro más profundo dolor por el fallecimiento de nuestro gran compañero, presidente y amigo, Cesar Cigliutti», publicó la organización en su cuenta de Twitter.

«César supo entregar su vida a la defensa y reconocimiento de los derechos de las personas LGBTTI en Argentina, su incansable lucha lo llevó a convertirse en un referente del movimiento LGBTTI de nuestro país, la región y el mundo», agregó CHA sobre la muerte de quien la presidía desde marzo de 1996.

Diego Trerotola, a cargo del área de cultura de CHA, dijo que Cigliotti falleció en la tarde por una crisis cardíaca en su casa del barrio porteño de Barracas, a donde acudió su ex pareja Marcelo Suntheim, ya que no respondía a los llamados.

«No hay personas con ese compromiso, asumió ese lugar de seguir luchando por lo que se fueron y están, como Carlos Jáuregui y Nadia Echazú. Todo el activismo gay fue amigo, compañero y cómplice de César», agregó Trerotola.

«César fue una persona que luchó con el cuerpo y la inteligencia, un activista que además fue un maestro de muchos activistas de toda la comunidad LGBTI porque aprendió mucho cuando era muy difícil aprender a luchar con un contexto muy hostil, en épocas donde la represión policial y la violencia contra la comunidad era muy feroz», siguió con la descripción.

«Todo lo que aprendió desde los tempranos 80, con la fundación de CHA, lo pudo transmitir a muchas personas del activismo que entramos después, en los 90 . Fue un activista de enfrentar a todos los poderes que tratan de reprimir las libertades para ejercer la identidad de género y supo enseñar a las personas a luchar por sus derechos», agregó Trerotola.

Cigliutti había nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el 5 de marzo de 1957. Fue un defensor de las uniones civiles y matrimonios entre personas del mismo sexo, luchó por la derogación de los códigos contravencionales que discriminan a personas gays, lesbianas y travestis y fue un referente del movimiento gay-lésbico argentino.

Había logrado unirse civilmente con Suntheim en 2003, luego de una larga batalla legal que culminó con la aprobación de la primera ley de Unión Civil para parejas de mismo sexo en América latina.

Años más tarde, apoyó la ley de Matrimonio Igualitario, tramitada y aprobada por el Congreso de la Nación.

Además de presidir CHA, Cigliutti era secretario general de la Asociación de Personal de la Seguridad Social (Aperses) y había sido declarado ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires el 17 de mayo de 2011.

Una vida de lucha contra los prejuicios y los poderes

El matrimonio igualitario «fue algo épico» porque la Iglesia «hablaba de guerra santa», recordó Cigliutti en julio pasado.

Cigliutti y su entonces pareja, Marcelo Suntheim, pasaron tres veces por un registro civil en la búsqueda de conquistar derechos para el colectivo y concretar su unión civil en 2003, tras una larga batalla legal que culminó con la aprobación de la pionera ley de Unión Civil.

«Cuando tenés una posición como la de (Jorge) Bergoglio, que hablaba de guerra santa, lo que estás haciendo es una guerra porque te la declararon ellos», dijo entonces a Télam en referencia al actual papa Francisco y al cumplirse una década de la ley.

Ocho años antes de legalizarse el matrimonio igualitario, la Legislatura porteña había convertido en ley municipal el proyecto de la CHA de unión civil. Fue «el primer antecedente de reconocimiento del Estado» a estas parejas y «el más importante para la futura ley de matrimonio igualitario».

La respuesta del sector más conservador de la sociedad fue un anticipo de la que ensayarían ante el matrimonio igualitario, porque cuestionaban «qué iba a pasar con los hijos» y durante la votación «empezaron a sonar los teléfonos de los legisladores y era toda la curia pidiendo que no votaran la ley».

Por eso, el resultado también «fue peleado» y se obtuvo «por muy poco» margen, recordó Cigliutti.

En España

El 21 de enero de 2008, Cigliutti y Suntheim se casaron en el ayuntamiento de Madrid denunciando que no lo podían hacer en su país. El matrimonio fue celebrado por el concejal de Madrid Luis Asúa Brunt, del conservador Partido Popular, «quien hasta nos leyó un poema».

Cuando en 2009 comenzó el debate en la Cámara de Diputados de la Argentina de dos proyectos de ley para incluir a las parejas LGBT en la del matrimonio civil, que eran apoyados por otras organizaciones, la CHA se sumó a esas iniciativas y resolvió no volver a presentar su proyecto de unión civil a nivel nacional.

De «la noche más fría de mi vida», la del 14 al 15 de julio de 2010, Cigliutti rememoró que al momento de escucharse el resultado de la votación por las pantallas que transmitían en vivo a la calle, «se produjo un silencio» en la plaza colmada de organizaciones políticas, de derechos humanos y de la diversidad, «y de repente se nos fue el frío».

El 28 de junio del año siguiente, el Registro Civil de las Personas aceptó por primera vez inscribir un matrimonio entre personas del mismo sexo celebrado en el extranjero: el suyo.

En otra oportunidad, Cigliutti destacó a esta agencia que Argentina es un «referente para la comunidad internacional» en derechos LGBT, y afirmó que un ejemplo de ello fue estar entre los los primeros países en el mundo en aprobar la unión civil.

«Todas nuestras luchas en la CHA están enmarcadas en un contexto de defensa de los derechos humanos que enriquece aún más la situación, y especialmente en esta última década contamos con la colaboración y articulación del gobierno nacional», destacó.

Identidad de género

Cigliutti recordó que la CHA «participó de la redacción de la ley de identidad de género» y consideró «que hasta hoy es una de las mejores del mundo porque también incluye el acceso a la salud integral para las personas trans».

En relación con las leyes sancionadas en el país en este ámbito, Cigliutti enfatizó en la oportunidad la importancia de que hayan sido «aprobadas con consenso social, es decir que la sociedad estuvo de acuerdo».

Donación con discriminación

Recientemente, Cigliutti anunciaba que CHA continuará «trabajando con los ministerios de las Mujeres Géneros y Diversidad y el de Salud, porque todavía existen clínicas y hospitales en todo el país que excluyen de la donación de sangre a las personas homosexuales, para que se garantice el cumplimiento de la resolución vigente».

Fue en ocasión de que el Consejo Administrativo del Hospital Garrahan resolviera «cambiar los criterios de autoexclusión de donantes» de sangre y dio de baja de la web «el cuestionario en el que se hacía referencia a la negativa de donación a hombres que tienen sexo con hombres».

En el activismo de Cigliutti a través de CHA, también se destaca haber obtenido el reconocimiento de la pensión por fallecimiento para parejas del mismo sexo e impulsar campañas como Stop-Sida.

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