La presidenta Cristina Fernández pidió ayer que “no trasladen al país conflictos que no son propios”. Agregó que Argentina es “pacífica”, quiere “recuperar el honor de la Patria” y además “es digna de ser mirada en materia de crecimiento económico, inclusión y como líder en materia de derechos humanos”.
Cristina lo expresó ayer al mediodía al hablar por cadena nacional desde el complejo nuclear Atucha, situado en Lima, partido bonaerense de Zarate, donde habilitó la generación del ciento por ciento de la central nuclear Néstor Kirchner (Atucha II), con una potencia de 745 megavatios.
Allí, en un tramo de su discurso, la mandataria se refirió a las dos cartas que el canciller Héctor Timerman envió a las cancillerías de Estados Unidos y de Israel, en las que reafirmó un pedido para que “no se utilice a la Argentina como lugar de enfrentamiento”.
En ese marco, la jefa del Estado expresó que el gobierno que encabeza “no permite que nadie le marque la cancha” al señalar que en el mundo existen “algunos que quieren que unos estén subordinados y los otros mandarnos”.
Al referirse a algunas de las potencias del mundo, Cristina agregó: “Somos un país pacífico, somos todos hijos de inmigrantes; nos peleamos más por fútbol y política, pero jamás por las religiones que profesamos”.
“Algunos intereses pretendían una Argentina sin plan nuclear pacífico y un país de mano de obra barata, pero la verdad es que no somos eso: además de querer ser actores a nivel mundial y recuperar el honor de la Patria, somos dignos de ser mirados en materia de crecimiento económico e inclusión, además de ser un país líder en materia de derechos humanos”, completó.
En este sentido, Cristina dejó en claro: “Puedo ir a cualquier país del mundo, incluso a algunos que lanzan misiles y tienen cárceles clandestinas, pararme enfrente y decirles que aquí impera la ley y que ningún argentino puede ser encarcelado si no es por un juez y si no existe plena vigencia de las garantías constitucionales”.
Por otra parte, la presidenta apuntó a “la voces que no son ingenuas” a la hora de cuestionar los acuerdos celebrados con China, dejando en claro que “Argentina avanza y se abre a nuevos mercados y alianzas”.
Por último, al referirse nuevamente a la situación planteada con Estados Unidos e Irán, señaló: “Lo que les preocupa a las grandes potencias es el regreso de la Argentina al selecto club de once países en el mundo que tienen capacidad de enriquecer uranio”.
Poco antes del discurso de Cristina, el gobierno estadounidense manifestó que continuará “contribuyendo” en la búsqueda de justicia por la causa del atentado a la Amia y expresó que las negociaciones que lleva adelante con Irán están “enfocadas en el tema nuclear”.
El gobierno de Barack Obama ensayó esta postura luego de que el canciller Héctor Timerman enviara sendas misivas a las cancillerías de Estados Unidos e Israel reiterando “el pedido para que la causa Amia sea incorporada en la ronda de negociaciones llevadas adelante por Estados Unidos con la República Islámica de Irán”.
La central nuclear Atucha II trabaja al ciento por ciento
“Hemos desarrollado autonomía nacional en un recurso estratégico como es la energía, no sólo (en materia de) ciencia y tecnología”, sostuvo ayer la presidenta Cristina Fernández durante el acto realizado en Lima, partido de Zárate, en el que se celebró la habilitación de la generación de energía, al ciento por ciento, de la central nuclear Néstor Kirchner (Atucha II).
La mandataria destacó que el Estado argentino es propietario del 45 por ciento del sistema energético nacional y que la propiedad en manos de privados extranjeros se redujo del 80 al 23 por ciento.
En su cuenta de Twitter la presidenta aseguró que “este Plan Nuclear 2003-2014 representó una inversión de 11 mil millones de dólares” y recordó que “la construcción de Atucha II había sido abandonada en la década del 90”.
“Para su terminación se invirtieron 3 mil millones de dólares, requirió en promedio 6 mil puestos de trabajo con un pico de 7.200 en agosto 2010”, explicó y agregó que “el 88 por ciento fue componente local y tanto el combustible como el agua pesada se fabricaron en el país”.