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CGT: discuten hoy salir al choque o unirse como amenaza

Los líderes de las tres centrales obreras se reunirán para debatir qué postura tomar frente al Gobierno. Analizarán un documento crítico y la posibilidad de una marcha al Congreso.

La CGT, en proceso de reunificación, debatirá hoy un documento con críticas al Gobierno nacional y la posibilidad de marchar al Congreso para sostener sus demandas. Será la puesta en escena de los dos modelos de unidad que pujan en la interna de la principal central obrera. La convocatoria comenzará a las 16 en la sede de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN).

El encuentro contará con la participación de los tres líderes de sendas versiones de la organización, Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, así como referentes de los «gordos» de los grandes gremios de servicios, los «independientes» de recurrente oficialismo y los dirigentes de los sindicatos del transporte nucleados en la CATT. Sólo avisaron que no irán los representantes del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), capitaneados por el taxista Omar Viviani y que empujaron la creación del bloque Justicialista en Diputados.

Los nuevos bloques en pugna están conformados por Moyano, Caló y Barrionuevo, por un lado, y los «gordos» Carlos West Ocampo (Sanidad) y Armando Cavalieri (Comercio), y los «independientes» Gerardo Martínez (albañiles, UOCRA), Andrés Rodríguez (estatales de UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), por otro. Aunque en ambas veredas hay convencimiento en avanzar hacia la programada reunificación de octubre, las diferencias sobre la estrategia frente al Gobierno crecieron en los últimos días.

El punto central de la discordia, como informó la semana pasada este diario, es un documento impulsado por los aliados de Moyano en el que se le exige al Ejecutivo la declaración de la emergencia ocupacional y cambios inmediatos en el Impuesto a las Ganancias. Y, para sustentar ambos planteos, se anuncia la recolección de un millón de firmas a ser presentadas ante el Congreso a través de una marcha.

Ese escrito, que circuló entre los sectores de la CGT, causó en primer término el corrimiento temprano del MASA de las negociaciones por la unidad, a las que se había sumado este mismo mes. También, el rechazo de los «gordos», en particular de West Ocampo. Ambos sectores coincidieron en que no tenía sentido una medida de fuerza orientada hacia el Congreso, en donde hay mayorías parlamentarias peronistas.

Como respuesta, los «gordos» hicieron circular durante el fin de semana una suerte de «contradocumento» para ser debatido hoy, y del que dijeron tener un primer aval por parte de los «independientes». En ese escrito el foco está puesto en la necesidad de la unidad como exhibición de poder frente a Mauricio Macri. El objetivo, dijeron sus ideólogos, es que el Gobierno termine de considerar al movimiento obrero peronista como la interlocución necesaria frente al conflicto social, como le comentó la semana pasada West Ocampo a este diario.

De fondo es la reedición de una disputa histórica en la CGT. Por un lado, Moyano y Barrionuevo, acostumbrados a los manejos personalistas y a la elaboración de estrategias frente al poder político basadas en la negociación individual (en los últimos años lo hizo el camionero con los Kirchner, del mismo modo que a principios de los ’90 lo hacía el gastronómico con Carlos Menem), y por otro el modelo de los «gordos» de «horizontalizar» el poder sindical para adjudicárselo a la central obrera por encima de los gremios. No por casualidad Moyano cuenta con poder de coerción sólo a partir de su manejo del gremio de los Camioneros y los «gordos» y los «independientes» se asientan más en el número de sus afiliados para negociar con los gobiernos.

En la reunión de hoy también se prevé avanzar en los esquemas de la unidad pautada para octubre, con un primer eslabón en agosto mediante un congreso normalizador integrado por todos los sectores. Es otro factor de disidencias: mientras Moyano, Caló y Barrionuevo maquinan en reserva la posibilidad de continuar como triunvirato, o bien de impulsar a un «tapado» para la jefatura como su representante (desde principios de año comenzó a sonar el nombre del bancario Sergio Palazzo), los «gordos» y los «independientes» reclaman la salida de los tres jefes actuales para impulsar una renovación dirigencial, al menos en la cúpula de la central.

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