El gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, aceptó las renuncias de dos ministros y del jefe de la policía local con el objetivo de garantizar la «transparencia» de la investigación del fallecimiento del dirigente social Ángel Verón, que fue golpeado durante una protesta social a fines de septiembre.
Capitanich le aceptó la renuncia al ministro de Gobierno, Javier Oteo; al secretario de Seguridad, Marcelo Churin y al jefe de Policía, Gustavo Peña para garantizar el «el debido proceso» en la investigación en la que la justicia intentará determinar si la muerte del dirigente social chaqueño estuvo vinculada con el trato que recibió durante el desalojo de la ruta nacional 11 y luego por los policías de la comisaría 4ª.
El mandatario provincial brindó una entrevista a un programa de la radio FM 104.7 de Resistencia en la que consideró convenientes las renuncias “con el objetivo de garantizar la absoluta transparencia, la igualdad de tratos, y la investigación de carácter judicial, porque el Estado debe ser garante”.
“Los funcionarios tienen la obligación de garantizar el debido proceso con la máxima transparencia, como siempre se ha hecho en la Provincia. No existe nada para ocultar y en definitiva es necesario que esto se haga”, sostuvo.
Verón fue desalojado de la ruta nacional 11 el 24 de septiembre, cuando la agrupación a la que pertenecía reclamaba la entrega de herramientas para la finalización de viviendas sociales. El desalojo se habría producido sin que mediara una orden judicial, según versiones judiciales.
El dirigente social murió el 19 de octubre tras un mes de internación producto de una serie de lesiones que le provocaron un cuadro de salud agravado que no pudo superar.
El caso tomó trascendencia luego de que se supiera que la autopsia de los restos de Verón, ordenada por el fiscal de Derechos Humanos, Daniel Turraca, reveló que el dirigente social recibió golpes que pudieron haberle afectado la zona abdominal en la que luego fue intervenido quirúrgicamente.
