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Chalo Echenique: «Es el sueño de toda mi vida poder pelear por una medalla olímpica»

El rosarino viene de consagrarse en la Champions con el Pro Recco italiano e integra la lista de la selección de waterpolo de Italia que estará en Tokio

La madurez en el tono, la mesura en la explicación, el análisis en cada respuesta dejan ver que Gonzalo Echenique hace rato dejó de ser el pibe impetuoso que tomó confianza y fue por su sueño allá por 2010. El Chalo es ya un consagrado del waterpolo internacional y un deportista que tiene la juventud pero también la experiencia para ver cómo funcionan las cosas dentro y fuera de la pileta. El ex Gimnasia será uno de los deportistas rosarinos en la cita olímpica de Tokio, aunque su apellido no habrá que buscarlo en los listados de Argentina, ya que la búsqueda de medallas será con Il Settebello, la selección italiana de waterpolo.

“Estoy muy contento porque en la preselección para Tokio éramos 21 jugadores que participamos de concentraciones y las competencias de preparación, pero de ellos sólo 13 viajaban y ahora me confirmaron que estoy en la lista. Es el sueño de toda mi vida poder pelear por una medalla, estoy motivado y contento”, explicó Gonzalo, quien estará en sus segundos Juegos Olímpicos tras adoptar la nacionalidad italiana en lugar de la española con la que jugó hasta 2017: “Jugué con la selección de España en Río de Janeiro 2016 y ahora se presenta esta nueva oportunidad con un equipo que tiene muchas posibilidades de competir, porque se puede tomar como referencia que en 2019 fuimos campeones del mundo”.

Allí, en la ciudad coreana de Gwangju, se consagraron justamente ante España y lograron el boleto olímpico, claro, con Echenique anotado en la lista de goleadores.

Hace años que tomó la determinación de jugar por otros seleccionados y se dio como algo natural para su crecimiento deportivo, pero tampoco se molesta en explicarlo otra vez: “No jugar para Argentina fue algo difícil de decidir, pero tenía que dar ese paso por una cuestión de crecimiento deportivo y lo di hace ya mucho tiempo”.

La espalda se eleva y el brazo izquierdo va a hacer lo suyo con la potencia y dirección que son marca registrada. El “Newell’s” se lee claramente en el tatuaje, una marca indeleble de su origen, de su amor y de su tierra.

Echenique llegó a Europa muy joven y con Montjuic se ayudaron a crecer en un acuerdo tácito de colaboración mutua. Chalo se hizo un nombre en España a puro gol y el equipo subió dos categorías casi en ascensor.

“Con un equipo humilde logramos grandes cosas y entonces me buscó Sabadell, que es uno de los mejores conjuntos de España y con el que ganamos Copa del Rey y Supercopa, fueron dos años muy lindos de finales”, repasó, pero el camino ascendente ya no se detuvo: “Llegó la oportunidad de jugar en Barceloneta, que es el equipo más poderoso, con el que llegamos a todos las finales, ganamos la Liga de España y la Champions, mi primera”.

La respuesta da el pie, entonces, para hablar de la segunda Champions, la más reciente, pero ya en suelo italiano, con el enorme Pro Recco de Génova: “Con el Pro Recco vivimos una temporada muy particular, porque después de mucho tiempo de triunfos seguidos, como 14 años, no pudimos ganar la Liga, pero sí nos quedamos con la Copa de Italia y con la Champions, que era el objetivo más deseado y buscado porque hacía tiempo que no se podía lograr”. Cosas del destino, en las semifinales del Final a 8 de Belgrado eliminó a su ex equipo Barceloneta para triunfar en la final frente al Ferencvaros húngaro.

“Esta fue mi quinta temporada con el Recco. En la primera estuve a préstamo en el Primorje Rijeka de Croacia y después ya volví a Italia”, relató Chalo desde Barcelona, en donde visitó en un par de días libres a uno de sus hermanos, que también cruzó el charco. El resto de la familia espera en Rosario. Es que si tuviera que traer recuerdos para todos en sus regresos a Rosario tras las agotadoras temporadas del waterpolo europeo, a Gonzalo Echenique no le cerrarían los bolsos. Con once hermanos y ocho sobrinos se hace difícil: “Somos muy unidos, venir a Europa solo y tan chico a los 19 fue una revolución, pero siempre me apoyaron porque yo tenía claro que quería vivir de esto. Y cada vez que vuelvo puedo ver a los amigos y a la familia, aunque hay que organizarse porque son muchos (risas)”.

La preparación sigue camino a Tokio en el marco de unas de las temporadas más importantes de su prolífica carrera, pero Gonzalo también le dedica un párrafo al waterpolo argentino y rosarino ante la consulta de qué se necesita para mejorar: “Es que es difícil hacer crecer el deporte si falta infraestructura, piletas adecuadas para que evolucionen los deportes acuáticos. Acá cada diez cuadras hay una pileta pero creo que en Rosario hay sólo tres reglamentarias y dos son de verano. Y después hay que empezar de abajo, con los chicos, no digo retirar a los grandes pero darle importancia a las inferiores y llevar gente capacitada para enseñar a las bases. Yo a los 17 le enseñaba a chicos de 12 y la verdad hacía lo que me parecía o lo que podía. Yo creo que si enseñás bien, los chicos van a crecer”.

Pasó por España y jugará en Tokio para Italia, pero el afecto sigue estando en Rosario, en su piel y en su gente. Cuando desde el agua aparezca un Newell’s en una espalda antes del gol italiano, ahora ya saben, es Chalo.

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