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Chernobyl: abren sala de control con radiación 40 mil veces mayor a la normal

Será con fines turísticos. Quienes ingresen deberán usar máscaras faciales, trajes antirradiación y grandes botas industriales. Sólo podrán estar en la habitación por cinco minutos

La sala de control de Chernobyl, en Ucrania, se abrirá a los turistas a más de 30 años de la catástrofe, a pesar de que todavía tiene una radiación 40 mil veces superior a los niveles normales.

Los visitantes, que deberán vestir trajes especiales de protección y máscaras, ingresarán a la Unidad 4 de la central nuclear de Chernobyl, donde en 1986 explotó el reactor nuclear.

Tras el lanzamiento de la serie de HBO, el lugar se convirtió en uno de los destinos más populares entre los turistas de todo el mundo por lo que la Agencia Estatal de Gestión de la Zona de Exclusión de Ucrania está diseñando las 21 nuevas rutas turísticas para alimentar el creciente interés.

El peligroso recorrido necesitará medidas extremas de seguridad. Los turistas recibirán máscaras faciales, trajes antiradiación y grandes botas industriales antes de que se les permita asomarse a la sala. Además, sólo podrán observar la habitación durante cinco minutos debido a la mortífera radiación.

Según el personal de Chernobyl, el lugar es extremadamente escalofriante e incluso cinco minutos son suficientes recordar la experiencia por el resto de la vida.

“La serie HBO aumentó el interés por Chernobyl. Ahora todo el mundo quiere ver más y vamos a satisfacer la demanda», aseguró Vitaly Petruk, jefe de la agencia estatal a EFE. Durante este año, 85.000 personas de todo el mundo visitaron Ucrania para ver el famoso lugar.

El reactor número 4 de Chernobyl explotó el 26 de abril de 1986, contaminando, según ciertas estimaciones, hasta tres cuartas partes de Europa. Tras esta catástrofe, las autoridades evacuaron a centenares de miles de personas y más de dos mil kilómetros cuadrados fueron abandonados.

La catástrofe nuclear fue clasificada de nivel 7 (“efectos considerables para la salud y el medio ambiente”), el nivel de gravedad más elevado en la escala internacional de accidentes nucleares (INES).

En 2005, un informe de la ONU estimó en 4.000 las muertes confirmadas como consecuencia del accidente en los tres países más afectados por el desastre.

Un año más tarde, la ONG Greenpeace estimó en 100.000 las víctimas fatales. Por su parte, las autoridades ucranianas informaron en 1998 de 12.500 muertes entre los “liquidadores”, como se denominó a aquellos que trabajaron para mitigar los efectos del accidente.